También criticó a los funcionarios públicos que no respondieron por el crimen del kioskero en Ramos Mejía.

Sergio Berni, ministro de Seguridad bonaerense, manifestó que no le daría temor sentarse a discutir sobre la pena de muerte: “Es imperfecta y constitucionalmente inviable, pero si me tengo que sentar a discutirla no le saco el culo a la jeringa”.

El asesinato del kioskero el pasado domingo en Ramos Mejía colocó a Berni en el centro de la polémica. En un primer momento fue repudiado por los vecinos que se manifestaban en la Comisaría Segunda de La Matanza. Y luego dio la orden de lanzar gases lacrimógenos a los vecinos que reclamaban en contra de la inseguridad

Luego de que Luis Espert manifestara que había que convertir en “convertir en queso gruyere” a los delincuentes. Berni se refirió a la implementación de la pena de muerte: “Es imperfecta y constitucionalmente inviable, pero si me tengo que sentar a discutirla no le saco el culo a la jeringa”.

“Soy católico, la vida solo la puede sacar aquél que la da, desde lo técnico y lo moral no me temblaría el pulso en aplicar la pena de muerte, no me asustaría aplicarla”, enfatizó y agregó: “técnicamente uno corre el riesgo de ejecutar a un inocente”.

Sobre la orden de lanzar gases lacrimógenos, Berni, admitió: “Yo di la orden, la comisaría no se toca, lamentablemente el 99% de la gente que estaba en la marcha estaba en paz, pero siempre hay grupos de infiltrados que van por el lío”, y manifestó que si no se paraba la manifestación, los vecinos “prendían fuego la comisaría”.

“En esta situación, como está la provincia, y con la lealtad que le debo a un gobernador que puso todo lo que había que poner para que ese plan integral funcione, no puedo dejarlo en el momento más difícil, con un diciembre que le puedo garantizar que va a haber que hamacarse”, finalizó.