El presidente boliviano derrocado por un golpe de Estado el pasado Domingo llegó a México, donde recibe asilo político para proteger su seguridad y la de su familia

En medio del golpe de Estado que está teniendo lugar en Bolivia y de la tensión social y política que acontece en el país vecino, el dimitido Morales debió refugiarse en México y agradeció a las autoridades mexicanas por salvarle la vida. Tras polémicas persecuciones, saqueos en su casa y amenazas de muerte, el presidente legítimo de Bolivia debió solicitar asilo en países vecinos ya que su vida y la de sus familiares se encuentra en peligro.

Morales aseguró que la oposición ofreció 50 mil dólares de recompensa por su captura y ratificó que continuará trabajando por el pueblo boliviano y que no abandonará la política: “Un miembro del equipo de seguridad del ejército me informó y me hizo leer mensajes y comentó llamadas, que pidió que le entregara a cambio de 50 mil dólares. Un día antes de nuestra renuncia”, declaró el mandatario.

“En las elecciones del 20 de octubre de este año empezó el golpe de Estado. A la última etapa, lamentablemente, se sumó la policía nacional. Quemaron tribunales electorales, sedes sindicales, casas de nuestras autoridades. Saquearon y quemaron la casa de mi hermana. Saquearon mi casa en Cochabamba”, señaló también Morales. Y agregó: “Mientras tenga vida sigue la lucha y estamos seguros que los pueblos del mundo tienen todo el derecho de liberarse. Pensé que habíamos terminado con la opresión, con la discriminación, con la humillación. Pero surgen otros grupos que no respetan la vida, menos a la patria”.