El delirio es una alteración seria en las capacidades mentales que genera pensamientos confusos y una disminución de su conciencia sobre el entorno. El comienzo del delirio suele ser rápido, en un plazo de horas o algunos días. Por lo general, el delirio puede deberse a uno o más factores contribuyentes, como una enfermedad grave o crónica, cambios en el equilibrio metabólico (como bajo sodio), medicamentos, infección, cirugía, o intoxicación o abstinencia por alcohol o drogas. Debido a que los síntomas del delirio y la demencia pueden ser similares, puede ser importante para el médico obtener información de los miembros de la familia o la persona responsable del cuidado, y así llegar a un diagnóstico exacto.
Síntomas
Por lo general, los signos y síntomas del delirio comienzan durante unas horas o unos días. Suelen fluctuar durante el día, y puede haber períodos de ausencia de síntomas. Los síntomas tienden a empeorar durante la noche cuando está oscuro y las cosas no se ven tan familiares. Los signos y síntomas principales incluyen los siguientes.
Reducción de la consciencia del entorno
Esto puede ocasionar lo siguiente:
Incapacidad para concentrarse en un tema o para cambiar de temas – Quedarse en una idea en lugar de responder preguntas o conversar – Distracción con facilidad por cosas sin importancia – Aislamiento, con respuestas o actividad pobres o inexistentes acerca del entorno
Habilidades de pensamiento deficientes (deterioro cognitivo)
Esto puede presentarse como:
Memoria deficiente, en particular de sucesos recientes – Desorientación, por ejemplo, no saber quién eres o dónde estás – Dificultad para hablar o para recordar palabras – Habla sin sentido o divagación – Problemas para comprender el habla – Dificultades para leer o escribir
Cambios en el comportamiento
Estos pueden incluir lo siguiente:
Ver cosas que no existen (alucinaciones) – Inquietud, agitación o comportamiento combativo.
Gritar, gemir o emitir otros sonidos – Estar quieto y retraído, especialmente cuando se trata de adultos mayores – Movimientos lentos o aletargados – Alteración de los hábitos de sueño – Inversión del ciclo (noche-día sueño-vigilia).
Perturbaciones emocionales
Estos podrían aparecer de las siguientes maneras:
Ansiedad, miedo o paranoia – Depresión – Irritabilidad o enojo – Sensación de exultación (euforia) – Apatía – Cambios de humor rápidos e impredecibles – Cambios en la personalidad
Tipos de delirio

Delirio
Delirio

Causas
El delirio se produce cuando se ve afectado el proceso normal de envío y recepción de señales del cerebro. Lo que provoca este deterioro suele ser una combinación de factores que hacen más vulnerable al cerebro y desencadenan el funcionamiento inadecuado de la actividad cerebral.

Delirio

Factores de riesgo

Delirio

Complicaciones
El delirio puede durar solamente algunas horas o varias semanas o meses. Si se identifican los problemas que contribuyen al delirio, el tiempo de recuperación suele ser más corto.
El grado de recuperación depende en cierta medida de la salud y el estado mental antes del comienzo del delirio. Las personas con demencia, por ejemplo, pueden presentar un declive general significativo en la memoria y las habilidades de pensamiento. Las personas con un mejor estado de salud son más propensas a recuperarse por completo.
Es posible que las personas con otras enfermedades serias, crónicas o terminales no recuperen los niveles de habilidades de pensamiento o funcionamiento que tenían antes del comienzo del delirio. Además, es más probable que el delirio en personas con enfermedades de gravedad provoque lo siguiente:
Declive general en la salud – Mala recuperación de la cirugía – Necesidad de atención institucional – Mayor riesgo de muerte
Prevención
El enfoque más satisfactorio para la prevención del delirio es atacar los factores de riesgo que puedan desencadenar un episodio. Los entornos hospitalarios representan un desafío especial: hay cambios frecuentes de habitación, procedimientos invasivos, ruidos fuertes, mala iluminación y falta de luz y sueño naturales, lo cual puede empeorar la desorientación.
La evidencia indica que existen ciertas estrategias (como promover buenos hábitos de sueño, ayudar a que la persona esté en calma y orientada, y ayudar a evitar problemas médicos y otras complicaciones) que pueden evitar o reducir la gravedad del delirio.
Diagnóstico
Un médico puede diagnosticar el delirio a partir de la historia clínica, de las pruebas para evaluar el estado mental y de la identificación de posibles factores que contribuyen. Un examen puede incluir lo siguiente:
Evaluación del estado mental – Exámenes físicos y neurológicos – Análisis de sangre y orina
Tratamiento
El principal objetivo del tratamiento contra el delirio es abordar las causas ocultas o los desencadenantes, por ejemplo, al detener el uso de ciertos medicamentos, abordar los desequilibrios metabólicos o tratar una infección. El tratamiento luego se centra en crear el mejor ambiente posible para curar el cuerpo y calmar el cerebro.
Medicamentos

Delirio

Estrategias de afrontamiento y apoyo
Si eres familiar o responsable del cuidado de alguien en riesgo de delirio o que se está recuperando del delirio, puedes tomar medidas para ayudar a mejorar la salud de la persona, evitar una recurrencia y asumir las responsabilidades.

Delirio

Cuidados para la persona responsable del cuidado
La atención regular de una persona con delirios puede causar miedo y agotamiento. También debes cuidarte a ti mismo.
Considera unirte a grupos de apoyo para personas responsables del cuidado – Conoce más sobre la enfermedad – Pide material educativo u otros recursos a un proveedor de atención médica, organizaciones sin fines de lucro, servicios de salud para la comunidad o agencias gubernamentales – Comparte los cuidados con familiares y amigos de la persona enferma para poder descansar.
Consultar con un médico cuándo
Si un familiar, un amigo o alguien a tu cuidado muestra signos o síntomas de delirio. Tu aporte sobre los síntomas, el pensamiento típico y las habilidades cotidianas de la persona será importante para obtener un diagnóstico adecuado y para encontrar la causa de base.
Si observas signos y síntomas de delirio en una persona que está en un hospital o una casa de convalecencia, informa tus inquietudes al personal de enfermería o al médico en lugar de suponer que esos problemas ya se han observado. Las personas mayores que se recuperan en un hospital o que viven en un centro de atención a largo plazo corren un riesgo mayor de presentar delirio.