La fiebre del valle es una infección fúngica causada por organismos coccidioides. Puede causar fiebre, dolor en el pecho y tos, entre otros signos y síntomas. Hay dos especies de hongos coccidioides que causan la fiebre del valle.

Estos hongos se encuentran, generalmente, en regiones específicas. Las esporas de los hongos pueden mezclarse con el aire por cualquier cosa que altere el suelo, como actividades agrícolas, construcción o viento. Al inhalarlos, los hongos llegan a los pulmones y causan la fiebre del valle, conocida también como «coccidioidomicosis aguda». Los casos leves de fiebre del valle, generalmente, se resuelven por sí solos. En casos más graves, los médicos recetan medicamentos antifúngicos que pueden tratar la infección de fondo.
Síntomas

Fiebre del valle
La fiebre del valle es la forma inicial de la infección por coccidioidomicosis. Esta enfermedad inicial aguda puede convertirse en una enfermedad más grave, incluida la coccidioidomicosis crónica y diseminada.
Coccidioidomicosis aguda (fiebre del valle)
La forma inicial, o aguda, de coccidioidomicosis con frecuencia es leve, con pocos síntomas, si es que presenta alguno. Cuando se presentan signos y síntomas, aparecen entre una y tres semanas después de la exposición. Suelen parecerse a aquellos de la gripe, y pueden oscilar entre leves y severos, incluidos los siguientes:
Fiebre – Tos – Dolor en el pecho – Escalofríos – Sudores nocturnos – Dolor de cabeza – Fatiga – Dolores articulares – Sarpullido de manchas rojas irregulares
Coccidioidomicosis crónica
Si la infección por coccidioidomicosis inicial no se resuelve por completo, puede progresar a un tipo de neumonía crónica. Esta complicación es más frecuente en las personas que tienen sistemas inmunitarios debilitados.
Los signos y síntomas incluyen los siguientes:
Fiebre baja – Pérdida de peso – Tos – Dolor en el pecho – Esputo con manchas de sangre (materia que se elimina al toser) – Nódulos en los pulmones
Coccidioidomicosis diseminada

La coccidioidomicosis diseminada, la forma más grave de la enfermedad, se produce cuando la infección se propaga (disemina) del pulmón a otras partes del cuerpo. La mayoría de las veces, estas partes son la piel, los huesos, el hígado, el cerebro, el corazón y las membranas que protegen el cerebro y la médula espinal (meninges).
Los signos y síntomas de la enfermedad diseminada dependen de las partes del cuerpo afectadas, y pueden incluir los siguientes:
Nódulos, úlceras y lesiones en la piel que son más graves que el sarpullido que a veces se presenta con otras formas de la enfermedad – Lesiones dolorosas en el cráneo, la columna vertebral u otros huesos – Hinchazón y dolor en las articulaciones, especialmente en las rodillas o los tobillos – Meningitis, una infección de las membranas y el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal

Causas

Fiebre del valle
Los hongos que causan la fiebre del valle —Coccidioides immitis o Coccidioides posadasii— proliferan en los suelos áridos del desierto del sur de Arizona, Nevada, el norte de México y el valle de San Joaquín en California. También son endémicos en Nuevo México, Texas y partes de América Central y del Sur, regiones con inviernos templados y veranos áridos.
Como muchos otros hongos, las especies coccidioides tienen un ciclo de vida complejo. En el suelo, crecen como moho con filamentos largos que se rompen en esporas aéreas cuando el suelo se altera.
Las esporas son extremadamente pequeñas y pueden viajar cientos de millas por la acción del viento. Una vez en el interior de los pulmones, las esporas se reproducen, lo que perpetúa el ciclo de la enfermedad.

Factores de riesgo
Exposición ambiental – Raza – Embarazo – Sistema inmunitario debilitado – La edad
Complicaciones

Algunas personas, especialmente las mujeres embarazadas, las personas con sistemas inmunitarios debilitados (como las que viven con VIH/SIDA) y las personas de ascendencia filipina o africana, corren el riesgo de padecer una forma más grave de coccidioidomicosis.
Entre las complicaciones de la coccidioidomicosis se pueden incluir las siguientes:
Neumonía grave – Nódulos pulmonares rotos – Enfermedad diseminada
Prevención

Si visitas o vives en zonas donde es común la fiebre del valle, toma precauciones basadas en el sentido común, especialmente durante los meses de verano, cuando la probabilidad de infección es más alta. Considera usar máscara, no salir durante las tormentas de polvo, humedecer los suelos antes de excavar y mantener las puertas y ventanas completamente cerradas.
Diagnóstico

Fiebre del valle
La fiebre del valle es difícil de diagnosticar basándose únicamente en los signos y síntomas, ya que estos son generalmente confusos y coinciden con los síntomas de otras enfermedades. Ni siquiera una radiografía de tórax puede distinguir la fiebre del valle de otras enfermedades pulmonares.
El diagnóstico definitivo dependerá del hallazgo de evidencia de organismos coccidioides en el tejido, la sangre u otras secreciones corporales. Por ese motivo, es probable que debas hacerte una o más de las siguientes pruebas:
Frotis o cultivo de esputo – Análisis de sangre
Tratamiento
Reposo

La mayoría de las personas con fiebre del valle aguda no necesitan tratamiento. Incluso cuando los síntomas son graves, la mejor terapia para adultos sin otra enfermedad suele ser el reposo en la cama y tomar líquidos, que es el mismo enfoque recomendado para resfríos e influenza. Aun así, los médicos controlan minuciosamente a las personas con fiebre del valle.
Medicamentos antifúngicos
Si los síntomas no mejoran o empeoran, o si tienes un mayor riesgo de tener complicaciones, el médico puede recetarte un medicamento antifúngico. Los medicamentos antifúngicos también se utilizan en personas con enfermedades diseminadas o crónicas.

Consultar con un médico
Debes buscar atención médica si eres mayor de 60 años, tienes un sistema inmunitario debilitado, estás embarazada o tienes ascendencia africana o filipina, y manifiestas los signos y síntomas de la fiebre del valle, especialmente en los siguientes casos:
Vives o has viajado recientemente a una zona en la que la enfermedad es frecuente.
Tienes síntomas que no mejoran.
Asegúrate de informarle al médico si has viajado a un lugar donde la fiebre del valle es endémica y tienes síntomas.