Cuerdas vocales abiertas y cerradas
La laringitis es la inflamación de la glotis (laringe) por uso excesivo, irritación o infección. Dentro de la laringe se encuentran las cuerdas vocales, dos pliegues de membrana mucosa que cubren el músculo y el cartílago. Normalmente, las cuerdas vocales se abren y cierran suavemente, formando así sonidos a partir del movimiento y la vibración. Pero con la laringitis, tus cuerdas vocales se inflaman o irritan. Esta inflamación provoca una distorsión en los sonidos producidos por el aire que pasa a través de ellas. Como resultado, la voz suena ronca. En algunos casos de laringitis, la voz puede ser casi imperceptible. La laringitis puede ser de corta duración (aguda) o de larga duración (crónica). En la mayoría de los casos, la laringitis se desencadena a causa de una infección viral temporal o por un esfuerzo vocal, y no es grave. La ronquera persistente algunas veces puede ser señal de una enfermedad no diagnosticada más grave.
Síntomas
En la mayoría de los casos, los síntomas de la laringitis duran menos de un par de semanas y los causa algo menor, como un virus. Con menos frecuencia, los síntomas de la laringitis tienen una causa más grave o mayor duración. Los signos y síntomas de la laringitis pueden incluir lo siguiente:
Ronquera – Debilidad o pérdida de la voz – Sensación de cosquilleo o aspereza en la garganta – Dolor de garganta – Sequedad de garganta – Tos seca
Causas
Laringitis aguda
Laringitis crónica
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo de la laringitis se incluyen los siguientes:
Tener una infección respiratoria – Exposición a sustancias irritantes – Abusar de la voz
Complicaciones
En algunos casos de laringitis provocada por una infección, la infección puede propagarse a otras partes de las vías respiratorias.
Prevención
Diagnóstico
El signo más frecuente de la laringitis es la ronquera. Los cambios en la voz pueden variar según el grado de la infección o la irritación, desde una ronquera leve hasta la pérdida casi total de la voz. Si tienes ronquera crónica, es posible que el médico te pida que hables para examinar tus cuerdas vocales y te derive a un especialista en otorrinolaringología.
Algunas veces, se utilizan estas técnicas para diagnosticar la laringitis:
Tratamiento
La laringitis aguda generalmente mejora por sí sola aproximadamente en una semana. Las medidas de cuidado personal pueden ayudar a mejorar los síntomas. Los tratamientos para la laringitis crónica están orientados a tratar las causas ocultas, como ardor de estómago, tabaquismo o uso excesivo de alcohol. Estos son los medicamentos utilizados en algunos casos: Antibióticos – Corticoesteroides
Metodos caseros
Algunos métodos de cuidado personal y tratamientos en el hogar pueden aliviar los síntomas de la laringitis y reducir el esfuerzo de la voz:
Respira aire húmedo – Descansa la voz lo más que puedas – Bebe mucho líquido (evita el alcohol y la cafeína) – Humedécete la garganta – Evita los descongestivos – Evita susurrar
Consultar con un médico
Puedes controlar la mayoría de los casos agudos de laringitis con medidas de cuidado personal, como descansar la voz y beber mucho líquido. El uso extenuante de la voz durante un episodio de laringitis aguda puede dañar las cuerdas vocales. Solicita una consulta con tu médico si los síntomas de tu laringitis duran más de dos semanas.
Busca atención médica inmediata si te sucede lo siguiente:
Dificultades para respirar – Tos con sangre – Fiebre que no desaparece – Dolor en aumento – Dificultad para tragar
Busca atención médica inmediata si tu hijo tiene lo siguiente:
Respira en forma ruidosa haciendo un silbido agudo al inhalar (estridor) – Babea más de lo habitual – Tiene dificultad para tragar – Tiene problemas para respirar – Tiene fiebre de (39,4 °C) o más
Estos signos y síntomas pueden indicar crup: inflamación de la laringe y de las vías respiratorias debajo de esta. Si bien el crup generalmente puede tratarse en casa, los síntomas graves requieren atención médica. Estos síntomas también pueden indicar epiglotitis, una inflamación del tejido que actúa como tapa (epiglotis) para cubrir la tráquea, que puede poner en riesgo la vida de niños y adultos.