Una lesión de la médula espinal (daño en alguna parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del conducto vertebral, conocidos como «cola de caballo») a menudo causa cambios permanentes en la fortaleza, la sensibilidad y otras funciones corporales debajo del sitio de la lesión.
Si has sufrido recientemente una lesión de la médula espinal, podría parecerte que ha afectado todos los aspectos de la vida. Es posible que sientas los efectos de la lesión a nivel mental, emocional y social.
Muchos científicos son optimistas en cuanto a que los avances en investigación algún día harán que sea posible la reparación de las lesiones de la médula espinal. En todo el mundo hay estudios de investigación en curso. Mientras tanto, los tratamientos y la rehabilitación les permiten a muchas personas que padecen lesiones de la médula espinal llevar una vida productiva e independiente.
Causas
Factores de riesgo
Aunque generalmente las lesiones de la médula espinal se deben a accidentes y pueden ocurrirle a cualquiera, existen ciertos factores predisponentes, entre ellos:
Ser hombre ( Las lesiones de la médula espinal afectan a un número desproporcionado de hombres ) – Tener entre 16 y 30 años de edad – Tener más de 65 años -Tener conductas de riesgo – Tener un trastorno óseo o articular
Complicaciones
Al principio, los cambios en la forma en que funciona el cuerpo pueden ser arrolladores. Sin embargo, tu equipo de rehabilitación te ayudará a desarrollar las herramientas que necesitas para abordar los cambios causados por la lesión de la médula espinal, además de recomendar equipos y recursos para promover la calidad de vida y la independencia. Estas son algunas de las áreas que suelen verse afectadas:
Control de la vejiga – Control intestinal – Sensación en la piel – Control circulatorio – Sistema respiratorio – Tono muscular – Acondicionamiento físico y bienestar – Salud sexual – Dolor – Depresión
Prevención
Si sigues estos consejos, puedes reducir el riesgo de una lesión en la médula espinal:
Conduce de manera segura – Comprueba la profundidad del agua antes de zambullirte – Evita las caídas – Toma precauciones cuando practiques deportes – Si vas a conducir, no bebas
Diagnóstico
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Cuándo consultar al médico
Cualquier persona que tenga un traumatismo significativo en la cabeza o el cuello debe someterse de inmediato a una evaluación médica ante la posibilidad de haber sufrido una lesión en la médula. De hecho, lo más seguro es asumir que la víctima de un traumatismo tiene una lesión de médula espinal hasta que se demuestre lo contrario porque:
Una lesión de médula espinal grave no siempre resulta evidente de inmediato. Si no se la identifica, podría producirse una lesión más grave.
Puede presentarse entumecimiento o parálisis de manera gradual o inmediata a medida que se produce sangrado o hinchazón en la médula espinal o alrededor de esta.
El tiempo que transcurre desde que se produce la lesión hasta que se inicia el tratamiento puede ser esencial para determinar la extensión y la gravedad de las complicaciones, y el posible grado de recuperación previsto.
Si sospechas que alguien tiene una lesión en la espalda o el cuello:
No muevas a la persona lesionada: se podría causar una parálisis permanente u otras complicaciones graves – Llama al 911 o al número local de asistencia médica de urgencia – Mantén a la persona inmóvil – Coloca toallas pesadas en ambos lados del cuello y sostén la cabeza y el cuello para impedir que se muevan hasta que llegue la atención médica de urgencia – Brinda los primeros auxilios básicos, como detener cualquier sangrado y hacer que la persona se sienta cómoda, sin moverle la cabeza o el cuello.
Las lesiones traumáticas de médula espinal se consideran urgencias, y es posible que la persona lesionada no pueda participar en sus cuidados al principio.
Para estabilizar la enfermedad, trabajarán una serie de especialistas, como un médico que se especialice en trastornos del sistema nervioso (neurólogo) y un cirujano que se especialice en lesiones de médula espinal y otros problemas del sistema nervioso (neurocirujano), entre otros.