Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Los ataques de pánico pueden provocar mucho miedo. Cuando se presenta un ataque de pánico, puedes sentir que estás perdiendo el control, que estás teniendo un ataque cardíaco o, incluso, que vas a morir. Muchas personas tienen solo uno o dos ataques de pánico en toda su vida, y el problema quizás desaparece cuando se resuelve una situación estresante. Sin embargo, si tienes ataques de pánico inesperados y recurrentes, y pasas mucho tiempo con miedo constante de sufrir otro ataque, es probable que tengas una afección llamada «trastorno de pánico». A pesar de que los ataques de pánico en sí mismos no ponen en riesgo la vida, pueden provocar mucho miedo y afectar, de manera significativa, tu calidad de vida. Sin embargo, el tratamiento puede ser muy eficaz.
Síntomas
Los ataques de pánico suelen comenzar de forma súbita, sin advertencia. Pueden aparecer en cualquier momento: cuando estás conduciendo, en un centro comercial, cuando estás profundamente dormido o en medio de una reunión de negocios. Puedes tener ataques de pánico ocasionales o con frecuencia. Los ataques de pánico tienen muchas variantes, pero los síntomas suelen alcanzar su punto máximo en cuestión de minutos. Después de que el ataque de pánico desaparece, puedes sentirte fatigado y exhausto.

Los ataques de pánico y el trastorno de pánico
Uno de los peores aspectos de los ataques de pánico es el miedo intenso a que se repitan. Ese miedo puede ser tan fuerte que puede hacerte evitar determinadas situaciones en las que podrían ocurrir.

Causas
Se desconoce la causa de los ataques de pánico o del trastorno de pánico pero estos factores pueden influir:
La genética – Un alto nivel de estrés – Un carácter que es más sensible al estrés y proclive a las emociones negativas – Ciertos cambios en la manera en que funcionan las partes del cerebro
Los ataques de pánico pueden aparecer de forma repentina y sin previo aviso la primera vez, pero con el paso del tiempo, generalmente se desencadenan a causa de ciertas situaciones.
Algunas investigaciones sugieren que la reacción natural de nuestro cuerpo de luchar o huir ante el peligro está relacionada con los ataques de pánico. Por ejemplo, si un oso pardo te persiguiera, tu cuerpo reaccionaría de forma instintiva. La frecuencia cardíaca y la respiración se acelerarían ya que tu cuerpo se prepara para una situación potencialmente fatal. Muchas de las mismas reacciones suceden en un ataque de pánico. Pero se desconoce por qué ocurren los ataques de pánico cuando no hay un peligro evidente.
Factores de riesgo
Los síntomas del trastorno de pánico suelen comenzar al final de la adolescencia o a principios de la adultez y afectan a las mujeres más que a los hombres.
Los factores que aumentan el riesgo de padecer ataques o trastorno de pánico comprenden los siguientes:

Los ataques de pánico y el trastorno de pánico

Complicaciones
Si no se tratan, los ataques y el trastorno de pánico pueden afectar casi todas las áreas de tu vida. Es posible que tengas tanto miedo de tener más ataques de pánico que vivas en un estado constante de miedo, lo que arruina la calidad de vida.

Los ataques de pánico y el trastorno de pánico

Prevención
No existe una manera segura de evitar los ataques de pánico o el trastorno de pánico. Sin embargo, estas recomendaciones pueden ayudar.
Busca tratamiento para los ataques de pánico cuanto antes para ayudar a evitar que empeoren o se vuelvan más frecuentes.
Cumple con el plan de tratamiento para ayudar a evitar las recaídas o el agravamiento de los síntomas de los ataques de pánico.
Haz actividad física regularmente, ya que puede contribuir a protegerte de la ansiedad.
Diagnóstico
El médico de cabecera determinará si tienes ataques de pánico, trastorno de pánico u otro trastorno, como problemas de corazón o tiroides, con síntomas que parecen ataques de pánico.
Para determinar un diagnóstico, es posible que debas hacer lo siguiente:
Un examen físico completo
Análisis de sangre para verificar la tiroides y otras enfermedades posibles y análisis del corazón, como un electrocardiograma
Una evaluación psicológica para hablar de tus síntomas, temores o preocupaciones, situaciones estresantes, problemas en tus relaciones, situaciones que puedes estar evitando y antecedentes familiares
Puedes llenar una autoevaluación o un cuestionario psicológico. Es posible que te pregunten acerca del consumo de alcohol u otras sustancias.

Los ataques de pánico y el trastorno de pánico

Tratamiento
El tratamiento puede contribuir a reducir la intensidad y la frecuencia de los ataques de pánico y a mejorar tus actividades en la vida diaria. Las opciones de tratamiento principales son psicoterapia y medicamentos. Te pueden recomendar un tratamiento o los dos, según tu preferencia, tu historia clínica, la gravedad del trastorno de pánico y el acceso a los terapeutas especializados en el tratamiento de los trastornos de pánico.

Los ataques de pánico y el trastorno de pánico
Los ataques de pánico y el trastorno de pánico

Medidas de cuidado Personal
Si bien los ataques de pánico y el trastorno de pánico mejoran con un tratamiento profesional, estas medidas de cuidado personal pueden ayudarte a controlar los síntomas:
Sigue tu plan de tratamiento – Únete a un grupo de apoyo – Evita la cafeína, el alcohol, el tabaco y las drogas recreativas – Pon en práctica técnicas de relajación y control del estrés – Realiza actividad física – Duerme lo suficiente
Habla con tu médico
Si tienes síntomas de ataque de pánico, busca ayuda médica lo más rápido posible. Luego de una evaluación inicial, es posible que te derive a un profesional de la salud mental para que te indique un tratamiento. Si bien los ataques de pánico son sumamente incómodos, no son peligrosos. Sin embargo, son difíciles de controlar por cuenta propia y pueden empeorar si no se tratan.