Se demora la herencia de Jorge Luis Borges, cuyo destino está por definirse tras la desaparición de su viuda, María Kodama.

Apenas un día después de esa presentación, cinco sobrinos de María Kodama, hijos de su hermano Jorge, se presentaron como herederos ante la Justicia.

También pedían la protección urgente: “A los fines de salvaguardar los bienes de la herencia (…) con carácter urgente se dicten las siguientes medidas de seguridad para los bienes y documentación de la causante”…

Las medidas son: “pedir un inventario y secuestro de bienes muebles -si es necesario, allanar el departamento de Kodama-, inhibir sus bienes, averiguar qué cuentas y qué inmuebles tenía y, también, solicitar que el registro de la Propiedad Intelectual informe sobre las obras que le pertenecían”.

Sin embargo, nueve días después no se sabe nada de esto, y la causa acaba de ser enviada de un juzgado a otro y entre los distintos involucrados existe la misma preocupación.

Deberían haber proveído el pedido de medidas de protección urgente”, dice a Infobae Fernando Soto, quien sostiene que, pese al feriado largo, hubo tiempo más que suficiente para hacerlo. ¿Por ejemplo? ¿Poner policía en la puerta, asegurarse de que nadie con llave pueda llevarse algo o que ocasionales ladrones intenten acceder a un departamento que se sabe vacío? Sí, habla de eso.

¿Qué habría en ese departamento? Según el escrito que presentaron los sobrinos, se trataría de “bienes muebles, importantes obras literarias, premios y condecoraciones de titularidad de la causante y de su cónyuge, manuscritos, fotografías, material periodísticos, títulos de propiedad y todo aquello relacionado con la vida, tanto de la causante como de su cónyuge, todo de gran valor literario e histórico”.

Algunos especulan, sin embargo, con que lo más importante que podría haber en el departamento donde vivía María Kodama es un testamento.

Si una última voluntad no aparece, los sobrinos recibirán la herencia y el manejo de la obra. Pero si hubiera alguno, asentado en una escribanía, el juzgado a cargo se enteraría tras solicitarlo al Colegio de Escribanos. Y si hubiera, en algún cajón, un testamento escrito a mano, habría que iniciar un peritaje que comprobara que es auténtico.

Kodama había hablado de dejar el legado a universidades extranjeras o a una persona “más exigente que yo”. Ni los más cercanos pueden creer que la viuda de Borges no haya dejado “todo arreglado”, como se anunció en los primeros días después de su muerte.

El destino de los bienes y la obra del mayor escritor argentino está en juego. Se entiende la importancia de salvaguardar el lugar.

Cambio de juzgado

“En virtud de lo expuesto solicitamos que oportunamente se dicte declaratoria de herederos por el fallecimiento de la señora María Kodama a favor de Mariana del Socorro, Martín Nicolás, María Victoria, Matías y María Belén Kodama, en representación de su padre premuerto Jorge Kodama, hermano de la causante”, decía la presentación de los sobrinos, en el expediente de la herencia de la viuda y albacea de Borges, que estaba en el Juzgado Civil Nº 33

Este martes, según documentación oficial, ese juzgado remitió el expediente al Juzgado Civil Nº 11 para “acumular los presentes autos al sucesorio caratulados ‘Borges, Jorge Luis s/Sucesión Testamentaria’ Expte. N° 217740/1986″. Es decir, instó a esa dependencia judicial en la que se tramitó la sucesión del propio escritor a que se ocupe ahora de la herencia de Kodama.

Seguramente el juez del juzgado de la sucesión de Borges no va aceptar la competencia”, le dijo Soto al portal Infobae.

¿Todo esto ocurre porque la sucesión del máximo escritor de las letras argentinas, que murió en junio de 1986, no terminó? En principio, no. Según el propio Soto, “la sucesión de Borges terminó en 1988″.

Otros allegados a Kodama también afirman que el caso está cerrado. En rigor, según un abogado especializado en sucesiones al que consultó Infobae, las sucesiones pueden no aparecer como terminadas en el expediente porque siempre puede aparecer un heredero o un nuevo bien, pero eso no quiere decir que el trámite iniciado tras esa muerte siga pendiente.

Entonces, ¿por qué podría un juzgado instar a otro a que se ocupe del tema bajo ese argumento? Fuentes especializadas sostuvieron que, al tratarse de una causa de resonancia e interés público, podría tratarse sencillamente de un intento de que el caso recaiga en nuevas manos.

Ahora, el Juzgado Civil Nº 11 -que se ocupó de la sucesión de Borges- debe aceptar ocuparse del expediente o rechazar quedar a cargo; en ese último caso, la Cámara de Apelaciones será quien determine el futuro del trámite judicial que recién empieza y que nadie sabe cuándo -ni mucho menos cómo- terminará.