Esto dificulta la posibilidad de rastrear los últimos movimientos de la víctima. Será devuelto a su hermano, Rodolfo Pérez Algaba.
Los investigadores del brutal asesinato del empresario Fernando Pérez Algaba confirmaron que el microchip presente en su mascota, un bulldog francés llamado “Cooper”, no cuenta con geolocalización. Esto dificulta la posibilidad de rastrear los últimos movimientos de la víctima. El perro fue encontrado abandonado en el barrio porteño Villa Lugano y, tras obtener la información del dispositivo, será devuelto a su hermano Rodolfo Pérez Algaba.
Mientras tanto, se espera que mañana comiencen las pericias en las prendas de vestir de la única detenida en el caso, Nicole Ámbar Chamorro, quien está siendo investigada como presunta partícipe del homicidio.
El fiscal Marcelo Domínguez, a cargo de la investigación, aguarda los resultados de los análisis sobre una remera y una campera secuestradas a Chamorro, en las que se detectaron manchas que se indaga si son de sangre.
La pista principal
En la pesquisa, la principal hipótesis manejada por los investigadores es un ajuste de cuentas debido a las deudas económicas que Pérez Algaba tenía con varias personas, relacionadas tanto con operaciones financieras vinculadas a la compra de criptomonedas como con su empresa de compra y venta de vehículos de lujo.
Hasta el momento se pudo determinar que el empresario tenía deudas pendientes con Nahuel Vargas y Maximiliano Pilepich, quien era dueño de una camioneta Land Rover Evoque 2012 blanca que Pérez Algaba utilizó dos días antes de su desaparición. Se reveló que Vargas y Pilepich le debían alrededor de 150.000 dólares, de los cuales una parte había sido devuelta en una escribanía, y el resto supuestamente había sido restituido en un encuentro en General Rodríguez, el último día en que se le vio con vida a Pérez Algaba.
El empresario y Vargas fueron vistos juntos en General Rodríguez el día en cuestión, utilizando la Land Rover blanca prestada por Pilepich. Luego de ese encuentro, Pérez Algaba desapareció hasta que su cuerpo descuartizado fue encontrado en un arroyo de Ingeniero Budge, Lomas de Zamora.
La autopsia reveló que Pérez Algaba fue asesinado de dos disparos por la espalda y posteriormente descuartizado. Además, presentaba una lesión cortante en la espalda, realizada después de su muerte. Tras el hallazgo de los restos y la identificación del cuerpo, se detuvo a Nicol Ámbar Chamorro, quien había sido la última persona en tener en su poder la valija con las extremidades seccionadas.