Facundo Manes habló de la importancia de esta pandemia y sus consecuencias. Su visión y sugerencias para cuidar el bienestar emocional

El prestigioso neurocientífico Facundo Manes, a mediados del 2020 vaticinó que “se avecinaba otra pandemia”, la mental y que iba a necesitar una respuesta urgente. La continuidad del virus entre nosotros no hizo otra cosa que ratificar sus dichos. El virus covid-19 será más recordado por su irrupción global inesperada, que por su condición letal.

A pesar de que la letalidad no fue baja (comparada con otras pandemias) y que el mundo ya superó los 2 millones de muertes, según precisa el mapa de la Universidad Johns Hopkins. Desde el comienzo de la pandemia, Facundo Manes no dejó el análisis sociocultural de este fenómeno epidemiológico extraordinario y brutal, sobre todo por las secuelas que dejó y seguirá dejando en toda la humanidad. En una nota en Infobae habla de los detalles.

El prestigioso pensador y neurocientista señaló lo que él mismo considera como el saldo más negativo que dejará el nuevo coronavirus a la sociedad: Se avecina una pandemia de enfermedad mental que necesita una respuesta urgente. El virus está reconfigurando las relaciones de las sociedades con sus gobiernos y entre sus habitantes“.

Manes explicó: El bienestar se construye y en ese sentido podemos formular algunas recomendaciones. Experimentar y aceptar emociones negativas es parte de nuestra salud mental. Significa que estamos conectados con lo que está pasando“.

Reconocer la complejidad de la vida puede ser un camino especialmente fructífero hacia el bienestar psicológico. Cada individuo podrá ser más flexible ante la adversidad y gestionar mejor las dificultades, dijo Manes durante la pandemia.

En los últimos días, el neurólogo se refirió a la vuelta a clases de los niños, tema de debate que enfrenta posiciones y se sumó a las múltiples voces que piden el urgente retorno a las aulas: La vuelta a las escuelas este año debe ser prioridad. No solo para brindar los contenidos curriculares y asegurar el derecho a aprender, sino también por la sociabilidad y el bienestar mental de los chicos”.

“Es indiscutible que debemos repensar nuestro sistema educativo. Por eso, luego de asegurar la vuelta a las escuelas, tenemos que dar un debate aún más profundo y desafiante: pensar qué tipo de educación queremos para nuestros chicos y hacerla posible”, añadió Manes en su cuenta de Twitter.

Asimismo, advirtió: Si seguimos poniendo en riesgo un derecho tan esencial como la educación, el 64% de chicos viviendo en la pobreza que tenemos hoy nos va a parecer poco en unos años. Perder la presencialidad de otro ciclo lectivo puede generar daños muy difíciles de reparar y somos un país demasiado pobre como para darnos ese lujo. No dejemos que la grieta y sus falsas dicotomías se lleven puesto el futuro de nuestros chicos.

Para Manes “no se trata de volver a la escuela solo para aprender contenidos. La educación ayuda a construir la identidad, a motivar el propósito y a potenciar los recursos cognitivos, emocionales y sociales de los chicos. Por eso, justamente, debe ser prioridad“.

Facundo Manes

Qué hacer cuando el miedo pareció ganar la primera partida de este tablero global sombrío que estableció la pandemia y que por definición paralizó la vida de muchos.

Manes trae al debate actual una idea potente que podrá ser un buen punto de partida para desentrañar la angustia y el hartazgo social: Si seguimos poniendo en riesgo un derecho tan esencial como la educación, el 64% de chicos viviendo en la pobreza que tenemos hoy nos va a parecer poco en unos años. Perder la presencialidad de otro ciclo lectivo puede generar daños muy difíciles de reparar y somos un país demasiado pobre como para darnos ese lujo. No dejemos que la grieta y sus falsas dicotomías se lleven puesto el futuro de nuestros chicos“, señaló.

Manes recomienda también “reorganizar una rutina sostenible en el tiempo puede ser una de las claves para cuidar el bienestar mental durante la pandemia del COVID-19. En los primeros momentos de la irrupción del virus nos acomodamos como pudimos, pero ahora es necesario pensar en una forma de vida que pueda durar, aún con todas las restricciones existentes”.

“Mantener horarios estables para despertar, comer, bañarse, hacer ejercicios, trabajar o estudiar. Es decir organizar nuestros ritmos sociales y biológicos, lo que favorece la estabilidad de nuestro ánimo. Esta organización incluye el cuidado de nuestro sueño en regularidad y cantidad de horas, lo ideal sería entre 7 y 8 horas y media“, agrega.

Con una sociedad “quemada” y un pueblo exhausto cuyos jóvenes parecen ahogarse en un mar de interrogantes, restricciones y preocupaciones, la salud mental de la Argentina deberá ser reconstruida, poco a poco, para que los males que aquejan no se conviertan en patologías crónicas.

En cuanto a cómo se puede cuidar el bienestar mental durante lo que resta de la pandemia del COVID-19, Manes recomienda repensar cómo enfrentamos este escenario para fortalecer nuestra resiliencia. Además de reorganizar una rutina sostenible en el tiempo y buscar lograr las 7 a 8 horas y media de sueño con regularidad.

Cumplir el distanciamiento físico pero estar conectados con nuestros seres queridos mediante las herramientas tecnológicas que tenemos a disposición puede ser muy útil en el caso que debamos volver a esquemas de confinamientos más estrictos. Hablar con las personas en las que confiamos nos hace bien, así como también mantener las redes sociales puede fomentar un sentido de normalidad y proporcionar salidas valiosas para compartir sentimientos, aliviar el estrés y la ansiedad. 

Las salidas presenciales al aire libre y manteniendo todos los recaudos sanitarios necesarios puede mitigar también el efecto de la soledad. Al mismo tiempo es importante cuidar nuestra salud física, procurando hacer periódicamente actividad física y adoptando una alimentación saludable, a través de una dieta balanceada.

Por otro lado, buscando atender los temas médicos no relacionados con el COVID-19 y que pueden causar mucho daño por su omisión. Los centros de salud cuentan con estrictos protocolos que permiten que una persona pueda concurrir a los chequeos y controles rutinarios y minimizar el riesgo de contagio. A su vez, para el manejo del estrés sostenido en el tiempo debemos seguir regulando la exposición a las noticias relacionadas a la pandemia y al coronavirus para evitar la sobreinformación. Fuente Infobae