El tétanos es una enfermedad grave causada por una toxina bacteriana que afecta el sistema nervioso y produce contracciones musculares dolorosas, especialmente en la mandíbula y los músculos del cuello.
El tétanos puede interferir con la capacidad para respirar y puede poner en riesgo la vida. El tétanos es comúnmente conocido como “trismo”.
Gracias a la vacuna antitetánica, los casos de tétanos son poco frecuentes en los Estados Unidos y otras partes del mundo desarrollado. Pero la enfermedad sigue siendo una amenaza para aquellos que no tienen todas las vacunas. Es más frecuente en los países en vías de desarrollo.
No hay una cura para el tétanos. El tratamiento se centra en controlar las complicaciones hasta que los efectos de la toxina del tétanos se vayan.
Síntomas
Causas
El tétanos es causado por una toxina producida por esporas de bacterias, Clostridium tetani, que se encuentra en la tierra, el polvo y las heces de animales. Cuando las esporas entran en una herida profunda, se convierten en bacterias que pueden producir una poderosa toxina, la tetanospasmina. La toxina afecta los nervios que controlan los músculos (neuronas motoras). La toxina puede causar espasmos y rigidez muscular, los principales signos y síntomas del tétanos.
Casi todos los casos de tétanos ocurren en personas que nunca han sido vacunadas o en adultos que no están al día con las vacunas de refuerzo cada 10 años. No se puede contraer el tétanos de una persona que lo tiene.
Factores de riesgo
Complicaciones
Una vez que la toxina del tétanos se une a las terminaciones nerviosas es imposible eliminarla. Para una recuperación total de una infección de tétanos es necesario el desarrollo de nuevas terminaciones nerviosas, lo que puede tardar varios meses.
Entre las complicaciones de la infección de tétanos se incluyen:
Fracturas – Obstrucción de una arteria pulmonar (embolia pulmonar) – Muerte
Prevención
Diagnóstico
Tratamiento
No hay una cura para el tétanos – Cuidado de la herida – Medicamentos – Antitoxina – antitetánica – Antibióticos – Vacuna – Sedantes – Otros medicamentos
Terapias de respaldo
Si tienes una infección grave de tétanos, lo más probable es que debas permanecer en un entorno de cuidados intensivos. Dado que los sedantes pueden inhibir la respiración, es posible que necesites un respirador temporalmente.
Estilo de vida
Heridas punzantes u otros cortes profundos, mordidas de animales o heridas sucias te generan un mayor riesgo de contraer una infección por tétanos. Obtén atención médica si la herida es profunda y está sucia y si no estás seguro de cuándo te vacunaste por última vez. Deja abiertas las heridas sucias para evitar contraer bacterias y con una venda.
Es posible que el médico necesite limpiar la herida, recetarte un antibiótico o darte un refuerzo de la vacuna antitetánica. Si te has vacunado antes, tu cuerpo rápidamente debería crear los anticuerpos necesarios para protegerte contra el tétanos.
Si tienes una herida leve, estos pasos te ayudarán a evitar el tétanos:
Control del sangrado – Mantén limpia la herida – Uso de antibióticos – Determinados componentes de algunos ungüentos pueden causar una erupción cutánea leve en algunas personas – Cubre la herida – Cambia el apósito
Consultar con un médico
Consulta con tu médico para obtener un refuerzo de la vacuna antitetánica si no lo recibiste en los últimos 10 años o tienes una herida sucia o profunda y no recibiste un refuerzo de la vacuna en cinco años. Si no estás seguro de cuándo recibiste el último refuerzo, date uno. Si tu herida es grave o tú o tu hijo tienen síntomas de infección por tétanos, busca atención de urgencia.