En Toronto se adaptaron a la nueva “normalidad” decidiendo adaptar una muestra de Van Gogh para que sea multimedia y todos aquellos que quieran verla puedan disfrutarla sin tener que bajarse de sus autos.

Claramente el mundo cambió desde la llegada del coronavirus. Los eventos, las exposiciones y todo lo que tenga que ver con aglomeración de gente en espacios reducidos. Sin embargo, por el mundo se las ingenian para que el arte y la cultura no dejen de expandirse. El claro ejemplo se dio hace pocos días en Toronto, donde se llevó a cabo una muestra espectacular de Van Gogh que fue digitalizada y adaptada para que los visitantes puedan recorrerla a bordo de sus autos.

A la exposición de las grandes obras de este artista impresionista se les agregó sonidos para que los visitantes puedas descubrir detalles nunca antes vistos de los cuadros. Esto permite también que la inmersión al arte del maestro holandés sea total. Esta exposición lleva el nombre de Inmersive van Gogh Exhibit y tuvo que ser reformulada por completo después de la llegada del Covid-19.

La muestra estuvo disponible en la ciudad canadiense entre el 18 y 28 de junio. El recorrido por esta muestra era totalmente arriba de los autos de cada uno de los visitantes y estaba ubicada en el espacio de exhibición de la antigua imprenta del diario Toronto Star en Yonge Steet. Este lugar tenía 4000 m2 y la posibilidad de albergar a 14 coches por franja horaria.

La disposición para disfrutar de las obras de arte de Van Gogh era con los autos estacionados y los motores apagadores. Eran 35 los minutos que duraba el espectáculo y los organizadores aseguraron que se trataba de “una experiencia integral de are, luz, sonido, movimiento e imaginación que evoca la conciencia emocional y caótica de uno de los mejores artistas de todos los tiempos”.

Este espectáculo se convirtió en “la primera exposición de arte digital en formato autocine”. Allí se podía ver obras históricas del holadés como por ejemplo Los Girasoles realizada en 1888, La noche estrellada de 1889 y otros diferentes autorretratos.

 El impacto fue sorprendente ya que las entradas, que tenían un valor de 68 dólares, se agotaron a los largo de los 10 días que duró la muestra. A su vez, todos aquellos que se hicieron presentes recibieron otra entrada para volver al espectáculo una vez que se reabra al público de manera convencional. La misma estará disponible hasta septiembre.

Según explicaron los responsables de la muestra en Toronto, que procede directamente del Atéliers des Lumières de París, el cese de operaciones en todo el sector del arte y la puesta en peligro de cientos de empleos motivaron a la galería a buscar una fórmula alternativa que permitiese abrir las puertas con seguridad. Mantener las citas culturales en plena pandemia, reconocieron, “es un desafío increíble”.