Venció 7-6 (7-3), 1-6, 6-3 y 6-4 y el domingo enfrentará a Djokovic por el título

Ver jugar a Roger Federer y Rafa Nadal en el Court Central del All England es una de esas cosas que te regala la vida. Puede no gustarte tanto el tenis o no conocer mucho de ese deporte, pero seguro sabés que se trata de dos colosos, de dos tipos que escribieron y siguen escribiendo páginas gloriosas raqueta en mano. Porque lo leíste, porque te lo contaron o lo viste alguna vez en televisión. Sabés que si los caprichos de un cuadro los hacen enfrentarse, algo bueno va a pasar. Y qué mejor que abandonarse al disfrute, al placer de verlos desplegar su talento.

La semifinal de hoy fue el partido número 40 entre sí, con ventaja para Nadal 24 a 15. Uno pensaría que había menos diferencia, y se asombraría al enterarse que el suizo llevaba una seguidilla de seis victorias consecutivas que se cortaron hace un par de semanas cuando el mallorquín se impuso en las semifinales de Roland Garros. En el césped de Wimbledon se enfrentaron solo tres veces. Y todas fueron en la final. En 2006 y 2007 la victoria fue para Federer , mientras que en el 2008, la última, se la llevó Nadal.

Los dos se conocen y se respetan. Hasta parecería que se necesitan el uno al otro para superarse y ser mejores. Así arrancó el partido en el primer set, sin quiebres, cada uno conservando su servicio. La velocidad del césped inglés hace que sus golpes parezcan escopetazos. La pelota va y viene cruzando la red con ángulos imposibles y picando increíblemente cerca de los flejes. Lo gana Roger 7-3 en el tie-break por un par de pequeñas cosas que marcaron un mínima diferencia.

En el segundo set, Nadal pareció mantenerse en el alto nivel, mientras que Federer perdía efectividad en el primer servicio. Y todos sabemos lo importante que es sacar bien en pasto. Rafa quiebra para ponerse 3-1 y después conservar su saque y quedar 4-1. Acá dio la sensación de que Federer decidió no luchar más el set y dejarlo ir, como regulando fuerzas. El español se lo queda finalmente 6-1. Y entonces resonó un dato como una sirena: era la quinta vez que el suizo perdía un set 0-6 o 1-6 en el césped de Wimbledon. Y no había ganado ninguno de los cuatro partidos anteriores

Estas estadísticas parecieron no perturbar a Roger, que salió a atacar a Nadal en el tercer set y quebró para quedar 3-1. Subió a 80% su efectividad de puntos ganados con el primer servicio y a 86% con el segundo, quedándose con el set por 6-3.

En el cuarto y último set, apareció un Federer pleno de confianza, jugando en un nivel sublime. Sus devoluciones de saque le permitían tomar la iniciativa de cada punto. Quebró en el tercer game consiguiendo esa ventaja que necesitaba y el partido parecía que se iba a definir rápido. Pero enfrente estaba Nadal, otro monstruo de este deporte que defendió como pocas veces se vio cada punto. Yo imagino que es el tipo que uno quiere tener al lado cuando está solo ante la carga de una horda de bárbaros. Tremendo. Resistió con tiros extraordinarios y cuando tuvo la oportunidad atacó con furia. Salvó cuatro match points y no pudo con el quinto. Federer se impuso 6-4 y se llevó el partido. Uno de esos partidos que uno no quiere que terminen nunca.

El domingo va a jugar su final n°12 en Wimbledon. Ganó 8 veces y perdió 3. En 2008 contra Nadal y 2014/2015 contra Djokovic. Igualó la marca que tiene Nadal en Roland Garrós, también con 12 finales. Si gana será su novena corona y su 21 torneo de Grand Slam. El 8 de agosto cumplirá 38 años. ¿Podrá con Novak, actual número 1 del ranking? Veremos. Eso será otra historia.