Se impusieron a Australia e Irlanda respectivamente. Mañana Gales-Francia y Sudáfrica-Japón.
Dicen que el verdadero Mundial de Rugby empieza en cuartos de final, con los enfrentamientos por eliminación directa. Y es un poco así. Aunque en la fase de grupos haya partidos determinantes entre algunas potencias para definir quién clasifica o en qué posición, hay muchos otros juegos en que las diferencias entre los rivales son notables y solo queda dilucidar si el ganador logrará el punto bonus o no.
Pero hoy empezaron los cuartos de final con dos partidos tremendos. El primero, a las 4,15 de la mañana de nuestro país, enfrentó a Inglaterra vs. Australia. Un partido con historia al que los británicos llegaban como favoritos pero sin poder descuidarse de los impredecibles australianos. Inglaterra es un equipo sólido, que ejecuta los movimientos con precisión y explota al máximo las debilidades del rival cuando las encuentra. Tardó 17 minutos en apoyar el primer try a través de su wing Jonny May. Tres minutos más tarde, el mismo jugador anotaría el segundo try luego de una intercepción y posterior carrera de Henry Slade que habilitó con un rastrón al wing para la conquista. Así se irían al descanso con el resultado a favor de la Rosa 17 a 9.
A poco de iniciado el segundo tiempo un try del wing Marika Koroibete puso a Australia en partido perdiendo 17-16 tras la conversión de Lealifano. Pero la ilusión duró solo dos minutos. Un buen pase de Owen Farrell para que el pilar Kyle Sinckler apoye debajo de los palos. Y Farrell estira la diferencia cada vez que prueba a los palos. A falta de ocho minutos otra intercepción de un pase australiano demasiado “llovido” le permite al wing Anthony Watson correr y apoyar un nuevo try. Ya no había tiempo para la reacción de los Wallabies. Resultado: Inglaterra 40 vs. Australia 16 y la Rosa a semifinales.
El otro partido de hoy a las 7,15 de la mañana fue entre Nueva Zelanda e Irlanda. Los All Blacks eran los favoritos, pero los irlandeses les habían ganado dos de los últimos tres partidos jugados entre si. Se esperaba un gran duelo. Pero solo hubo paridad durante los primeros 13 minutos. Bastó que el medio scrum Aaron Smith apoyara el primer try de los de negro, para que empezara el aluvión. Una segunda conquista de Smith, otra de Beauden Barrett para culminar un veloz contraataque patada de rastrón incluída, ponen a los All Blacks arriba en el marcador 22 a 0 al terminar el primer tiempo.
Si esperábamos una reacción de Irlanda, no se produjo al comienzo de la segunda etapa. Acorralado, le costaba mucho salir de su campo. Por eso no fue sorpresa cuando tras una buena jugada, el capitán Kieran Read deja la pelota colgada para que Codie Taylor apoye el cuarto try. Poco después Matt Todd apoya el quinto y ya era goleada. Era como que Irlanda se sentía impotente pero, tocada en su orgullo, aprovechó un pequeño quedo de su rival y Robbie Henshaw logró vulnerar el ingoal neocelandés. Quedaba tiempo para un nuevo try de los All Blacks (el sexto) a cargo de Bridge, un try penal para Irlanda cuando Todd se arroja cruzado delante de uno de sus postes sin intención de jugar la pelota sino de evitar que Irlanda apoye (fue también sancionado con tarjeta amarilla) y el último try del partido a cargo de Jordie Barrett que pone cifras definitivas: All Blacks 46 vs. Irlanda 14.
Ganaron los dos favoritos por amplias diferencias. Ahora deberán enfrentarse entre sí en una de las semifinales. ¿La otra? Esa será la historia de mañana.