Una banda integrada por ciudadanos peruanos que era responsable de ocho estafas a adultos mayores, y que se llevaron lo robado a bancos de Uruguay, fue desbaratada por efectivos de la Policía de la Ciudad.

Cuatro personas que se dedicaban a robar bajo la modalidad de “Cuentos del Tio”, fueron detenidas por personal de la División Investigaciones Comunales de la Comuna 3,de la Policía de la Ciudad, en el marco de una causa donde los investigadores llegaron a la conclusión que la gavilla cometió ocho estafas usando diferentes ardides como “billete de lotería ganador”, “las extranjeras perdidas” o la “bolsa de dinero”.

 Asimismo, la investigación continúa para determinar si también están involucrados en otros trece hechos con las mismas características cometidos en distintos barrios porteños.

Los hechos ocurrieron en los barrios de Almagro, Balvanera, Caballito, Flores, Floresta, Monte Castro, Recoleta, Palermo, Parque Patricios, Parque Chacabuco, Villa Crespo y Villa Riachuelo.

La banda estaba conformada por dos mujeres, una de 43 y otra de 41, sindicadas como quiénes llevaban adelante las estafas, mientras que luego había dos hombres de 41 y 62 responsables de la logística y el trasporte de las estafadoras.

Elegían como víctimas a mujeres adultas de entre 60 y 94 años, y como fruto de sus estafas se habrían alzado con unos 800 mil pesos y unos 250.000 dólares.

El método más utilizado por la banda consistía en fingir poseer un boleto ganador de lotería por una gran suma de dinero, refiriendo que no saben leer ni escribir, necesitando ayuda para cobrar el premio y un lugar seguro donde guardarlo, logrando que el damnificado las lleve hasta su domicilio. Una vez dentro de la vivienda, cuando la persona se descuida, robaban dinero y otros objetos.

Otra de las modalidades de estafa era fingir encontrar una gran suma de dinero en la calle y bajo la promesa de compartir con la victima lo hallado se ganaban la confianza de la persona. Cuando ellas se descuidaban hurtaban sus pertenencias, dejándoles una bolsa con papel de diario haciéndoles creer que dentro se encontraba el supuesto dinero.

 Mientras que el tercer “cuento del tío” utilizado por las dos mujeres detenidas consistía en fingir ser extranjeras y encontrarse perdidas en la vía pública y con la excusa de no tener donde dejar sus pertenencias mientras buscaban la embajada de su país lograban que las víctimas les abrieran la puerta de sus casas para ayudarlas y aprovechaban un descuido para hurtar sus pertenencias.

La investigación comenzó en marzo pasado, luego de que una octogenaria cayera en el engaño del billete de lotería y la banda, que le terminó sacando 2.000 dólares.

La Fiscalía en lo Criminal y Correccional número 60, a cargo de Edgardo Orfila, Secretaría de Bettina Martino, encargó la investigación a la División Investigaciones Comunales 3 de la Policía de la Ciudad. En este caso, la estafadora mostró a la víctima un papel con una dirección donde supuestamente tenía que entregar el billete ganador y otro papel con el texto “sacale toda la plata a esta”.

La verdadera víctima le advertía a la mujer que iba a ser estafada, la ladrona simulaba romper en llanto y allí se acercaba su cómplice, haciéndose pasar por una transeúnte, ofreciendo ayuda e instando a la víctima a auxiliar a la presunta desdichada.

 Así, mediante artilugios, la persona caía en el engaño armado por las dos mujeres, que terminaban instándola a la víctima a llevarlas a su casa para calmar la angustia.

Una vez dentro de la vivienda, las mujeres proponían que era mejor que la dueña de casa tuviera en su poder el billete hasta que se pudiera cobrar, con la recomendación de dejarlo junto a los ahorros, argumentando que en su pueblo había una costumbre aborigen, que decía que “la plata llamaba a la plata”.

En un momento del ardid alguna de las estafadoras pedía un vaso de agua y mientras la víctima iba a la cocina, una de las delincuentes accedía al lugar donde estaba el dinero y se robaba lo que encontraba, sea dinero o joyas.

Este hecho llevó a otros cometidos con el mismo “modus operandi”, en el que los investigadores detectaron que la ladrona que se hacía pasar por analfabeta utilizó un mismo falso nombre y apellido: Camila Soto, dejando puntos en común de que se habría tratado de la misma banda.

Con la concatenación de los casos, los investigadores hallaron también videos de cámaras de seguridad donde se ve que dos hombres hacían apoyo de las mujeres una vez que cazaban a la presa.