Los casos ocurrieron entre 1997 y 2016. El acusado tiene 63 años y es de nacionalidad paraguaya.

La detención del portero que trabajaba en un edificio del barrio porteño de Núñez despertó una enorme conmoción en la zona por la acusación que pesa en su contra: la justicia sospecha que habría abusado sexualmente de siete niñas entre los años 1997 y 2016. Un espanto.

La aprehensión fue ordenada este viernes 27 de octubre por la Jueza nacional en lo criminal y correccional 34 Laura Bruniard. El acusado es un hombre de nacionalidad paraguaya de 63 años, quien fue arrestado en un operativo realizado por personal de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.

Fuentes judiciales informaron a Télam que la causa se inició en 2021 cuando dos de las víctimas se presentaron en el equipo jurídico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que las patrocina de manera gratuita.

Con las pruebas obtenidas, los representantes de la denunciante pidieron la detención del acusado ante el juzgado que ayer dictó el procesamiento con prisión preventiva.

Según las fuentes, en el expediente también interviene la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM).

El hombre fue procesado por al menos trece abusos perpetrados contra siete niñas de entre 7 y 11 años, desde 1997 hasta aproximadamente el 2016.

En general, los delitos que le endilgaron son el de “abuso sexual simple agravado por encontrarse encargado de la guarda de la damnificada en concurso ideal con promoción de la corrupción de menores agravada por encontrarse encargado de la guarda y por tener la víctima menos de trece años”.

Según lo establecido en esta etapa, el imputado cometió los abusos en su departamento ubicado en el edificio del que era encargado y también en el ascensor, tras aprovecharse de las vulnerabilidades de las víctimas.

En su momento, el encargado dijo ser “inocente” y se negó a declarar, aunque a través de su defensa presentó un escrito en el que hizo su descargo.

Los voceros añadieron que el procesamiento con prisión preventiva se debió a que la jueza consideró que puede haber riesgo de fuga y de entorpecimiento de la causa.