Así lo determinó la pericia luego que se cumplieran 6 meses del crimen del joven, que fue asesinado en Villa Gésell por una patota de rugbiers

Este viernes se cumplió seis meses del asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell y se obtuvieron los resultados finales de una pericia clave para el caso: la zapatilla ensangrentada hallada en la casa que alquilaban los rugbiers y que fue utilizada para ultimar a la víctima pertenece a Máximo Thomsen.

El estudio realizado por el Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal en Mar del Plata comprobó que la marca del calzado en cuestión estaba sobre el cuerpo de Fernando y que, además, coincide con el pie de uno de los principales acusados del crimen.

Si bien no fue esa la única impresión que se encontró en el cadáver del joven, sí fue la más clara: otra marca hallada era demasiado pequeña como para atribuirla 100% a una zapatilla o un pie en particular.

Desde un inicio, el calzado había sido vinculado a Thomsen: los videos que registran el ataque brutal lo retratan vistiéndolo.

A pesar de las pruebas, la causa instruida por la fiscal Verónica Zamboni aún no está cerrada: según el Código penal, todavía quedan cuatro meses para elevarla a juicio. Zambonia planea reunir nuevas pruebas y testimonios en el transcurso de las próximas semanas.