El sospechoso estaba siendo acorralado por la Policía que lo iba a detener por el crimen de Beatriz Mansilla. En la vivienda del acusado hallaron el auto que había sido grabado en las cercanías del domicilio de la víctima.

El sospechoso de ser el autor del homicidio de Beatriz Mansilla, la mujer de 80 años que fue asesinada el lunes en su casa de la localidad bonaerense de Munro, partido de Vicente López, se suicidó ayer de un disparo cuando iba a ser detenido.

Según informaron fuentes judiciales y policiales, el joven, identificado como Ezequiel Alejo Varela Pascuali, de 24 años, se efectuó un tiro en la cabeza con un arma de fuego en un domicilio de la calle Tres de Febrero al 2000 de San Andrés, partido de San Martín.

“Un testigo que estuvo con él contó que el acusado le confesó el hecho de punta a punta, fuimos a buscarlo y, cercado, se suicidó”, informó a la agencia de noticias Télam un vocero encargado de la pesquisa.

El procedimiento fue realizado por la Sub Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Vicente López tras una orden del fiscal Alejandro Musso.

En tanto, los agentes también secuestraron en la propiedad de Pascuali un auto Toyota Corolla, patente HQX695, que había quedado grabado en las inmediaciones de la casa de la víctima por una cámara de seguridad y cuyas imágenes fueron minuciosamente analizadas por los pesquisas.

Los expertos de la Policía Científica de Vicente López que peritaron el vehículo hallaron un chaleco antibalas en el baúl y debajo del rodado encontraron distintas alhajas, reconocidas posteriormente por la hija de Mansilla como pertenecientes a su madre.

Por su parte, los médicos forenses que revisaron el cuerpo de la mujer en la escena del crimen realizaron un primer reporte en el que indicaron que la aparente causa de muerte de la víctima fue un “estrangulamiento a lazo” con un cinturón de cuero negro que la víctima tenía alrededor del cuello.

Al momento del hallazgo, el cadáver estaba tendido en un pasillo distribuidor de la casa la calle que da al living principal, a un baño y a una habitación de servicio.

La víctima vestía un camisón y si bien no tenía golpes a simple vista, sí estaba atada de pies y manos con cinta de embalar marrón.

Los forenses también advirtieron que en las muñecas de Mansilla había marcas que indicaban que durante el tiempo que estuvo viva había intentado desatarse.

Además, todo indica que el crimen ocurrió en horas de la mañana y que el asesino ingresó poco después de que el hijo de Mansilla, que es empleado de comercio, saliera rumbo a su trabajo, antes de las 9 del lunes.

Además del testimonio que implicó al joven que se suicidó, las imágenes que captaron al Toyota Corolla en el que aparentemente se movilizaba el homicida fueron determinantes para identificarlo.

El hecho fue descubierto el lunes, poco antes de las 19, cuando el hijo de Mansilla regresó de trabajar y halló a su madre asesinada y maniatada en su casa de la calle De Luca al 5200.

Algunos ambientes y las pertenencias de la víctima se encontraban desordenados, aunque la puerta de ingreso a la vivienda no presentaba signos de violencia.

Eso hace sospechar que el atacante conocía a la víctima o que desplegó alguna artimaña para lograr acceder a la propiedad.

Al respecto, los detectives establecieron que Varela Pascuali había vivido un tiempo atrás en esa cuadra, por lo que podría haber llegado a conocer los movimientos de la madre y su hijo.