Nada va a volver a ser como antes. Y los empresarios no son ajenos. Muchos de ellos se reconvirtieron, en varios casos los boliches ahora son supermercados.

Es que mientras la pandemia de coronavirus sigue marcándole el ritmo de vida al mundo, también obligó a muchos a reinventarse y poner en juego sus capacidades y su ingenio para seguir viviendo de la mejor manera posible. En este contexto, se dio un fenómeno que tiene réplicas en varias provincias: la transformación en supermercados o verdulerías de bares y boliches.

Tenemos problemas y mucha desilusión. Nuestra actividad fue una de las primeras afectadas y esto nos hizo perder muchos compromisos. Casi que perdimos el año”, contó Javier Farhat, dueño del clásico boliche Recórcholis -ahora Super Recor Tu Almacén- de la localidad tucumana de Yerba Buena (Aconquija y Remedios de Escalada) , en diálogo con Filo News.

A más de 700 kilómetros de distancia, Federico Cheme pintó el panorama del Hangar de Corrientes del que es socio y que en los próximos días se inaugurará un supermercado llamado Ganhar Grandes Compras (Costanera Sur y Lamadrid).

 “Esto nos afectó totalmente. Aparte de tener el boliche, también hago producciones e invierto mucho en artistas, de hecho, tengo nueve en cartelera. Voy a esperar hasta el 30 de junio, y si para esa no fecha no tengo ninguna novedad gubernamental con respecto al levantamiento del aislamiento, voy a tener que cancelarlos porque no voy a jugar con la plata de la gente y no estoy de acuerdo con que se reprograme infinitamente”, señaló el productor que, entre otros shows, tiene arreglados a Skay, Angela Leiva y Guasones.

El panorama es sombrío para los boliches y los bares, teniendo en cuenta que el aislamiento social es, por ahora, el único remedio contra el COVID-19.

Muchos en las provincias del interior del país pero también en la Capital Federal han optado por reinventarse y cambiar de rumbo.

Se trata, en definitiva, de lo que bien definieron los encargados del boliche Beatflow de Palermo, ubicado en Avenida Córdoba al 5000, que también mutó momentáneamente de rubro: “Es nuestro intento por tratar de seguir adelante”.

En su caso, Walter Fleitas, dueño de Reymon Social Club dela provincia de Río Negro (Córdoba e Irigoyen), recurrió a su vieja experiencia como gerente de compras de alimentos.

“Los primeros catorce días de cuarentena estuvimos totalmente cerrados y después tomamos la decisión de empezar a hacer delivery de comida. Pero al estar todos los locales en la misma situación, lo que es comida se vende muy poco y la facturación de la comida no llega ni al diez por ciento de la facturación del bar. Entonces, como trabajé durante once años como gerente de compras de frutas y verduras, ahora tomé la decisión de volver al rubro”.

Todas las modalidades de venta son bienvenidas por estos locales, al tiempo que los barman, cajeros y porteros, quienes conservaron sus empleos, se fueron convirtiendo en repositores, encargados de repartos y expertos en atención al público. La música, además, ya no suena durante toda la madrugada, sino que acompaña desde bien temprano a la mañana, cuando se abren las puertas para comenzar una nueva -y bien distinta- jornada.

Como todo negocio nuevo, la buena aceptación del público es fundamental para que el proyecto funcione. Y ese parece no ser un problema para estos emprendedores. “La gente lo recibió bien, muchos vecinos se beneficiaron por la cercanía. Además, contamos con el apoyo de los proveedores”, manifestó Farhat, aunque Fleitas aclaró: “Siempre hay alguno al que no le gusta, pero bueno, no estamos haciendo nada malo”.

Y, entre risas, Cheme acotó: “Hay buena repercusión y también están quienes hacen el chiste fácil: ‘Vamos a ir a comprar harina y mientras tanto vamos a bailar'”.

Entre tanto reinvento para seguir manteniendo un negocio hay una pregunta que es fundamental ¿El cambio es para siempre?

“El super es la alternativa para salir de esto y que todos tengamos un ingreso. Espero volver a trabajar de lo que me gusta, que la gente pueda volver a bailar, así como soy papá y quiero que mi hijo vuelva al colegio”.

No quiero ser supermercadista toda mi vida, pero hoy la prioridad es trabajar. No sólo por los ingresos económicos, también tener activa la cabeza es fundamental, es salud”, sostuvo Cheme, que hace 23 años trabaja como empresario de la noche.

Y Fleitas se sumó: “Es momentáneo porque el negocio no está preparado para esto”.

En cambio Farhat tiene otra postura , quién cuando todo se normalice, apostará por darle continuidad al proyecto. “La idea es mantener ambas estructuras. Tendremos que armarlo mejor porque esto fue medio improvisado, pero ambas estructuras pueden convivir”, indicó.

Todo ha cambiado tanto que ahora cuando los habitués de esos boliches entren a esos locales recordarán entre góndola y góndola de alimentos, los hermosos momentos vividos entre baile y baile.