Australia reaccionó a nivel nacional y estatal al pedido del serbio por los 72 tenistas confinados en Melbourne.

Complicado el panorama en Australia previo al inicio de los torneos de tenis, en especial para los 72 jugadores que se encuentran aislados en sus habitaciones en la ciudad de Melbourne, prestos para competir en distintos torneos allí. Desde las altas esferas gubernamentales del país oceánico se expidieron sobre sobre el petitorio enviado por Novak Djokovic a Craig Tiley, el director del Australian Open y ejecutivo de la federación de tenis de esa nación (TA).

Primero se manifestó Daniel Andrews, Primer Ministro del estado de Victoria, quien fue elegante pero no dio lugar a la requisitoria del serbio. En resumen, Nole pidió una flexibilización en la cuarentena obligatoria para sus 72 colegas, imposibilitados de poder entrenar en un court de tenis por haber compartido el vuelo a Melbourne (capital de la región) con gente cuyos PCR resultaron positivos del Covid-19 en el testeo efectuado en el aeropuerto. Andrews fue cortés y tajante: “Djokovic puede pedir lo que quiera, pero la respuesta es no”.

Mucho más duro fue el Primer Ministro de Australia, Scott Morrison, quien expresó lo siguiente: “Es hora de que sigan las normas estipuladas y se dediquen a jugar al tenis. Se les paga bien por ello”. Desde el país del hemisferio sur vienen luchando denodadamente contra el Coronavirus y no están dispuestos a hacer concesiones. Los 72 tenistas aislados entrenan como pueden en sus cuartos de hotel, improvisando frontones con las camas y ejercitándose apenas con una bicicleta estática, un elemento básico para deportistas de alto rendimiento.