Las recientes detenciones y decomisos de armas en la barra de River hacen temer lo peor para el superclásico.

El domingo pasado River enfrentó a Vélez en el Monumental. Un partido de fútbol interesante para analizar entre dos equipos que juegan bien y dos técnicos capaces que saben de estrategias y tácticas. Sin embargo, entremezcladas con las crónicas de lo que finalmente fue victoria de Vélez, encontramos en las secciones deportivas notas referidas a arrestos y allanamientos más propias de las secciones policiales.

Es que al tratarse de miembros de la barra brava de River, deporte y delito se entremezclan. El fútbol es el deporte que motiva la pasión del público y el generador de múltiples negocios que derivan en delitos. Esto no es nuevo. Las barras manejan entradas que les dan dirigentes, controlan los estacionamientos y “trapitos” en los alrededores de los estadios, tienen puestos de venta de camisetas “truchas” e indumentaria de los equipos y hasta controlan en muchos casos los puestos de comida y bebida. Si le sumamos venta de droga y extorsiones varias a comercios vecinos a cambio de “protección”, podemos imaginar la magnitud del negocio ilegal que manejan.

El domingo pasado, en 28 allanamientos realizados en la zona sur del conurbano, detuvieron a diez personas vinculadas con “Los Borrachos del Tablón”, la barra brava de River Plate, antes del partido con Vélez. Dos de ellos, Sergio Alejandro el “Gordo Ale” Medina de 46 años y su hijo “el Brian” de 26 son líderes de la facción de la hinchada conocida como “Los de Budge” y ambos participaron de los incidentes del miércoles pasado en las cercanías del estadio de Lanús en ocasión del partido contra Godoy Cruz por Copa Argentina por los que fueron detenidos y liberados con posterioridad. Un par de dias les duró la libertad.

En los allanamientos encontraron 13 armas de fuego, 123 cartuchos de varios calibres, 25 envoltorios de cocaína, 4 de marihuana, una balanza de precisión, 66 camisetas, 14 camperas, dos banderas de tres metros y medio de largo, tres bombos con la inscripción “Los 14” y 16 paraguas de color rojo y blanco entre otras cosas. En la investigación se sospecha que se estaba preparando un ataque a “La Barra del Oeste”, otra facción que quiere quedarse con el liderazgo de la barra.

Seguridad en estado de alerta
Parte de los objetos incautados en los allanamientos del domingo pasado.

Todo esto sucede a poco más de una semana de la primera semifinal de la Libertadores entre River y Boca a jugarse el martes 1 de octubre en el Monumental. Hay que recordar que el viernes anterior a la final del año pasado entre los clásicos rivales, fue arrestado Hector “Caverna” Godoy, jefe de “Los Borrachos”, con 300 entradas y siete millones de pesos en su casa. El hecho, para un grupo, fue una traición de Rodolfo D´Onofrio, presidente de la institución, y se especuló que la agresión al micro de Boca en cercanías del estadio (que motivó la suspensión del partido) fue un mensaje dirigido a él, demostrando de que si la barra quería el partido no se jugaba. En estos días, luego de lo ocurrido en Lanús, hubo amenazas a través de las redes sociales contra D´Onofrio que recuerdan aquellos momentos del año pasado.

Seguridad en estado de alerta
Entradas y dinero encontrados el año pasado en el departamento de Héctor “Caverna” Godoy al momento de su detención.

La seguridad está en alerta máxima. Se pretende demostrar que se puede organizar un River- Boca sin incidentes. De hecho se logró en el clásico correspondiente a la Superliga. Pero estos dos partidos que vienen, como son decisivos y más importantes, necesitan medidas preventivas especiales. Más si se toma conciencia de que los violentos no están de ninguna manera vencidos. Solamente se encuentran agazapados.