Un grupo de manifestantes que protestaba contra la megaminería atacó con piedras y molotov el edificio del diario. Había periodistas en el interior que estaban trabajando.

Un grupo de personas que presuntamente participaba de una protesta contra la megaminería atacó e incendió anoche el edificio donde funciona el diario El Chubut, en la ciudad de Trelew, en el momento en el que había periodistas que se encontraban trabajando en el lugar.

El hecho ocurrió pasadas las 20:30 cuando un grupo de manifestantes que se desprendió de una columna que protestaba contra la megaminería ingresó en la redacción del diario e incendiaron la planta baja del edificio.

El jefe de la redacción del diario, le dijo a la prensa local: “Fue un ataque homicida”.

El violento ataque ocurrió horas después de que el gobernador Mariano Arcioni decidiera frenar la ley de zonificación minera, y anunciara que llamará a un plebiscito para que la provincia se exprese a favor o en contra del proyecto que rechazan los ambientalistas.

En su página web, y tras el ataque, el propio diario escribió: “El Chubut fue blanco de un ataque ya no solo a la libertad de prensa, fue a los trabajadores, a padres y madres de familia, hijos, gente que a diario realiza una tarea como muchos otros con el fin de llevar el pan a sus hogares”.

Y agregaron: “Quienes trabajamos en este diario no pensamos todos de la misma manera y sobre muchos temas, incluso debatimos muchas veces de manera enérgica. Pero entre las muchas cosas que tenemos en común está la denodada tarea de realizar nuestro trabajo con dignidad. Somos vecinos con las mismas preocupaciones que el resto de los chubutenses, con los mismos problemas, las mismas dificultades. Y no pensamos todos igual”.

En el artículo, y al comentar que la empresa en la que funciona el diario emplea a más de 100 familias, las y los trabajadores se preguntan: “¿cuántas empresas netamente chubutenses generan esas fuentes de trabajo en la actualidad?”.

Y concluyeron: “En la manifestación que derivó en ataque podría decirse que habría muchos trabajadores, que seguramente no avalan la violencia y la intolerancia. Pero nunca un reclamo popular puede ser contra los trabajadores, las familias. ¿Quién pueden entenderlo? ¿Cómo asumir que la clase trabajadora atente contra fuentes de empleo real? Esto ya no es minería sí o minería no. Se trata de preservar la democracia, la diversidad de opinión, entender que así no podremos progresar. Ahora vendrán las voces de solidaridad y repudio al ataque. Desde ya muchas gracias. Pero antes deberían preguntarse ¿Cómo llegamos a esto?.