En Estados Unidos, una persona falleció y casi doscientas se encuentran hospitalizadas a raíz de una enfermedad pulmonar que podría estar vinculada con el uso de vapeadores, según informó U.S. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Quienes la padecieron son en su mayoría personas jóvenes y sanas que, como patrón común, comparten el consumo de este tipo de productos.

“Los afectados han experimentado síntomas en la respiración como tos severa, falta de aire y fatiga. Algunos, incluso, han tenido también vómitos y diarrea”, señaló a su vez el Illinois Department of Public Health (IDPH). “La gravedad de la enfermedad que han padecido estos pacientes es alarmante y debemos alertar que el uso vapeadores y cigarrillos electrónicos puede ser peligroso”, advirtió el Dr. Ngozi Ezike, director de la entidad.

Vapeadores: prohibidos en argentina, pero accesibles a través de internet

Por otro lado “en la Argentina si bien no se dispone de estadísticas ciertas, el cigarrillo electrónico ya fue incluido en el registro de factores de riesgo y se sabe que su consumo es cada vez más frecuente producto de una cierta moda y el falso concepto de que es más sano que el cigarrillo industrial”, dijo a Infobae el médico cardiólogo Francisco Toscano Quilon. Según este especialista, “los peligros asociados a la utilización de cigarrillos electrónicos ya son bien conocidos”.

En nuestro país este tipo de productos fue prohibido por la ANMAT en 2011, disposición que fue ratificada en 2016. Esta exigencia “surge de la evidencia científica actual que muestra que estos productos poseen cantidades variables de nicotina, droga sumamente tóxica y con fuertes propiedades adictivas. Por otra parte, no existe evidencia científica que indique que estos sirven para dejar de fumar (se piensa que hasta podrían retrasar el proceso), ni se ha demostrado la inocuidad de los mismos”, explican fuentes oficiales del Ministerio de Salud. Aunque según la 4ta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, publicada en 2019, los índices de tabaquismo están en descenso, se estima que casi el 1,1% de la población manifestó consumir sus contrapartidas electrónicas.