Es una especie muy poco común y se los considera como un símbolo de buena suerte en algunas culturas budistas del sudeste asiático.
Un inusual elefante blanco, considerado en los países de mayoría budista como una señal de buenos augurios, nació semanas atrás en el oeste de Myanmar (exBirmania), informó este martes un medio estatal. Al nacer, el elefante pesaba casi 80 kilos y medía unos 70 cm de altura, indicó el Global New Light of Myanmar. La denominación de ‘blanco’ se atribuye a ejemplares con ocho características de decoloración y forma.
El animal, que nació el 23 de julio en el estado de Rakáin, cumple con siete de las ocho características asociadas a los elefantes albinos, entre ellas “ojos de color perla”, “pelaje blanco” y “una cola característica”, según el diario oficial. Su madre, de 33 años y llamada Zar Nan Hla, pertenece a una empresa pública de madera, de acuerdo a lo reproducido por la agencia de noticias AFP.
Los elefantes blancos, muy poco comunes, son considerados como un símbolo de buena suerte en algunas culturas budistas del sudeste asiático, que las asocian con la realeza. Según el medio estatal, existen seis ejemplares en cautiverio en Naipyidó, la capital, la mayoría procedentes del estado de Rakáin y de la región de Ayeyarwady (sur). La denominación de “elefante blanco” se atribuye en países como Birmania (Myanmar) a ejemplares de la especie Elephas maximus (elefante asiático).
Históricamente, los elefantes blancos eran venerados y un símbolo de fortuna, por lo que eran generalmente regalados a los reyes y personas poderosas. La imágenes difundidas por la cadena estatal muestran al elefante, que todavía no tiene nombre, jugando en el agua con su madre.
La autoridad birmana recuerda que en los últimos años se ha conocido la existencia de nueve elefantes a los que se atribuyó en principio la condición de elefante blanco. Sin embargo, “solo uno cumple con siete características únicas y los ocho restantes solo cumplen con seis”. “El nuevo elefante blanco ha supèrado los primeros días de vida y crece tranquilo junto a su madre, apunta el Ministerio de Recursos Naturales y Conservación Ambiental.