Farré, quien mató a su exmujer de 66 puñaladas, dijo que otros internos lo golpearon y lo obligaron a comprar lechones, corderos y pollos para un asado
El femicida Fernando Farré, quien mató de múltiples cuchillazos a su exmujer Claudia Schaefer, denunció que fue golpeado, manoseado y obligado a pagar un asado de Año Nuevo por otros internos del penal en que se encuentra alojado, motivo por el cual solicitó un cambio de unidad, y aunque no todos creen su versión de los hechos, será trasladado en las próximas horas.
Farré por el momento está en la Unidad número 4 de Bahía Blanca, en donde denunció que el 3 de enero otros presos allí encerrados lo amenazaron y lo golpearon para que pague un asado dentro de la prisión. En su presentación judicial expuso que dos compañeros suyos, de apellidos Schneider y Vallejos, “le propiciaron golpes en su cuerpo”, mientras que un tercero, apellidado Tasara, lo había “manoseado” el día anterior y lo había llamado “bebé”.
Tasara, según su denuncia, lo habría obligado a depositar 100 mil pesos en la cuenta de su hija para la compra de dicho asado, que consistió en ocho lechones, dos corderos, pollo y fruta y efectivamente se cocinó en el penal. Incluso, hay fotos de Farré mientras lo prepara. El femicida aseguró que la operación fue realizada por su primo a través de medios electrónicos.
Tras sus palabras, su abogado Omar Saker presentó un habeas corpus y solicitó que lo transfieran a otro penal, por lo que ahora podrá ir tanto al de Campana como al de San Martín.
Como medida de prevención, el juez Alejandro Lago ordenó su urgente mudanza, aunque desde el Servicio Penitenciario Bonaerense dudan que realmente haya pasado algo de lo que el hombre denunció.
De hecho, señalaron que no es la primera vez que el hombre “ejecuta una acción similar para intentar ganar beneficios” y no descartaron que pueda tratarse de una “puesta en escena”.
Mientras tanto, Lago ordenó al Área de Sanidad de la Unidad Carcelaria número 4 del SPB ejecutar “un amplio reconocimiento médico del detenido, tendiente a determinar su estado de salud actual” y si tiene lesiones en alguna parte de su cuerpo. De tenerlas, solicitó que se indique con qué se las hicieron y las características de las mismas, además de un diagnóstico, pronóstico y tratamiento a seguir. A su vez, como Farré había iniciado una huelga de hambre pidió un seguimiento diario en relación a eso.
Ante TN, el perito Rafael Herrera Milano que estuvo en el juicio representando a la familia de la víctima, dijo que lo que está haciendo ahora Farré no lo sorprende “en lo más mínimo estas estrategias o maniobras para obtener beneficios, en base al perfil de personalidad que presentó al momento de la pericia”. Y en cuanto a las posibles motivaciones, indicó que podría hacerlo “ya sea para estar más cerca de la Ciudad de Buenos Aires o por comodidad”.
Saker se mostró en desacuerdo con esas opiniones y relató que su defendido “estaba, prácticamente, a disposición de los presos que estaban ahí. Como es un detenido con una posición económica holgada, todo el tiempo tenía que pagar asados para otros, o comidas para el pabellón en el que estaba”. Cerró asegurando que “no podía ni ver a la familia, estaba ahí a la espera de una decisión de la Corte y siendo maltratado por estos presos”.
El femicidio de Schaefer (44) tuvo lugar el 21 de agosto de 2015 en la casa que compartían en el country Martindale de Pilar. Ya separados, la mujer fue hasta el domicilio junto a su abogado para retirar sus pertenencias, ingresó al vestidor, Farré entró detrás de ella, cerró la puerta con llave y la atacó con dos cuchillos que previamente había sacado de la cocina.
Según la autopsia, le ocasionó con golpes y los cuchillos un total de 74 lesiones, de las cuales 66 fueron heridas de arma blanca, y la causa de la muerte fue un degüello.