El ataque al micro fue en un tramo de la ruta sin custodia policial. El colectivo se trasladaba a la cárcel de Piñeiro.
Un micro que trasladaba a efectivos del Servicio Penitenciario de Santa Fe a la Unidad 11 de Piñero, en las afueras de Rosario, fue atacado este viernes a la madrugada en un tramo de la ruta nacional 11 que no tenía custodia policial. El hecho sucedió cuando el micro de la empresa Laguna Paiva, contratado para el traslado de los efectivos, circulaba por la ruta 11 y a la altura del puente Cilsa, cerca del estadio de Colón, fue atacado desde el exterior.
Según informó el sitio Rosario 3, el ataque fue contra uno de los laterales del vehículo. Los testigos comentan que observaron a dos personas paradas contra uno de los guardarraíles del lado izquierdo, e instantes después sintieron el impacto sobre el costado del micro. Los diez penitenciarios que iban a bordo denunciaron haber sido víctimas de una balacera. El conductor denunció que sintió un impacto a la salida del puente Cilsa.
El conductor no le dio importancia porque, según dijo, siempre les tiran piedras en ese lugar, aunque más tarde uno de los policías a bordo le informó que les habían disparado, por lo que denunciaron el hecho al 911. Podrían haber sido disparos, pero peritos de la Agencia de Investigación criminal no descartan que hayan sido piedras. Interviene en la pesquisa personal de la fiscalía de turno de Santa Fe, que pidió la participación de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
El micro es un colectivo tipo larga distancia de la empresa Laguna Paiva contratado específicamente por el servicio penitenciario para trasladar el personal, un recorrido de casi 200 kilómetros que hace a diario. Jorge, chofer del colectivo, contó a Diario Uno de Santa Fe que decidieron no detenerse luego del impacto ya que se trata de una zona peligrosa. “Venía saliendo de la cancha de Colón, a la altura del puente Cilsa, luego de que lo pasé escuché un impacto.”
“Pensé que era una piedra porque siempre nos viven tirando y un trabajador del servicio se baja y me dijo que era un disparo cuando llegué a Santo Tomé”, contó. “Es la primera vez que me pasa esto, pero piedrazos sí, siempre nos tiran en Circunvalación, pero más de ahí no pasa”, agregó el chofer. El colectivo quedó en la localidad de Santo Tomé, donde se realizaban las pericias correspondientes. “Casi le pegan a una garrafa”, pudo provocar una tragedia.
A pesar de que el Gobierno anunció hace días que pondría un refuerzo de fuerzas federales y presencia del Ejército en los barrios de la ciudad, en las últimas horas balearon una casa que tenía un depósito de garrafas del barrio Los Pumitas, en Rosario. Y fue en una zona donde los gendarmes ya habían desembarcado. Desde una moto se disparó cinco veces contra un local donde, al lado, se encuentra el depósito de garrafas que afortunadamente no fueron impactadas y no explotaron.
Los tiros dieron contra la vivienda. “Nunca recibí una amenaza. Nunca me meto con nadie”, dijo el dueño del lugar a los medios, confirmó que hay “entre 60 y 70 garrafas”. El hombre dijo que estaba durmiendo a la hora del atentado, junto a su mujer y su hija. “Mi empleado entró asustado y me dijo que casi le meten un tiro en el pecho. Revolearon tiros para todos lados” si le hubieran dado a una garrafa “de los vecinos no quedan ninguno”. El vecino relató que escuchar tiros no es algo nuevo en Los Pumitas.