La niña fue prendida fuego y sus abuelos paternos temen que la hayan quemado para encubrir otros actos
Una niña de cuatro años fue asesinada en La Rioja y por el aberrante suceso detuvieron a su madre y su pareja, un pastor evangélico. El cuerpo de la menor fue encontrado calcinado y sus abuelos paternos creen que la prendieron fuego para ocultar otros delitos, a la vez que responsabilizaron a la Justicia por haberles quitado la tenencia.
“Mi hija se está quemando”, dijo la madre de Zoe cuando, el domingo por la mañana, llamó al servicio de emergencias 911.
Ante tal advertencia, la operadora cursó la denuncia y en pocos minutos se hicieron presentes en una vivienda de la capital provincial los efectivos de la fuerza, quienes constataron el hecho. Los restos de la niña yacían en el fondo de la casa familiar, junto a una moto completamente quemada.
Los detectives que tomaron la causa no tardaron en descreer de la versión de la progenitora de la víctima, quien pronto se convirtió en la principal sospechosa y fue aprehendida por orden de la Justicia. Junto a ella también cayó un pastor evangélico con el que ella mantenía una relación, su hermana y el dueño del ciclomotor incendiado.
Ahora, a través de la operación de autopsia, se deberá determinar la causa del deceso de la nena, como también así si sufrió algún tipo de abuso sexual. Si bien la misma ya fue practicada, no se dieron a conocer los resultados.
Claro que la causa no quedaría allí, sino que hay un trasfondo más allá del filicidio. Los abuelos paternos de Zoe no dudaron en señalar a su propia hija como responsable del ataque, pero también responsabilizaron a la Justicia de Chilecito, por haberle dado a ella la custodia de la nena a ella aún sabiendo que tenía adicciones.
“Ella la abandonó a los seis meses y desde ese momento la criamos nosotros. Esta chica siempre ha hecho daño”, dijo Oscar Rodríguez, el abuelo de la menor, en diálogo con Multiplataforma Fénix. Él y su esposa se ocuparon de su nieta hasta que cumplió los tres años pero “como no tenía el apellido de mi hijo, el juez se la dio a la madre”.
Añadió que “la nena no quería saber nada con su madre, se quería ir a toda costa con nosotros. Le fuimos a decir al juez que la madre andaba de joda, pero el juez Pueyrredón nos dijo que ella era dueña de dejar a la nena donde quería. Estamos destrozados”. Además, dijo que su hija bebía alcohol y consumía drogas, además de que participaba de innumerables fiestas. El hombre expuso que “algo pasó con la nena, Dios quiera que no la haya tocado”.
El expediente quedó bajo un estricto secreto de sumario, aunque se filtró que durante un allanamiento llevado a cabo en el templo del pastor evangélico, ubicado en el barrio Agrupación Gaucha, los investigadores secuestraron ropa de la víctima.