Destacó que no se trató de un suceso al voleo, sino de un mensaje para intimidarlo. “No me van a amedrentar ni voy a dejar de hacer lo que hago”, aseguró

El último domingo, alrededor de las 8 de la noche, el intendente municipal de Pehuajó, Pablo Zurro, fue víctima de un grave suceso que él mismo catalogó como “mafioso”, luego de que sujetos desconocidos le sustrajeran el auto Peugeot 308 que estaba estacionado frente a su domicilio.

Lejos de considerar el hecho como un simple atraco más, destacó que “este es un mensaje mafioso; no había un robo así desde el 2011. Atenta contra mi persona”. 

El ilícito se materializó en la puerta de la casa del mandatario comunal, ubicada en la calle Echeverría entre González del Solar y Hernández, de la mencionada ciudad bonaerense, y él descubrió lo que había pasado poco después de las nueve de esa misma noche. 

En conferencia de prensa, dijo esta mañana que “no me van a amedrentar ni voy a dejar de hacer lo que hago”. Convencido, aseguró que tiene un sospechoso “y lo manifesté en la Policía”. Sin embargo, destacó que le “parece imprudente hacerlo ahora. Hay secreto de sumario”, pero sí destacó que los autores del incidente “trabajaron con apoyo de otro auto”.

Siguiendo con el tema, describió que el coche “se detuvo en la rotonda de Lavardén y San Martín y se lo vio en las primeras horas del día en Puente La Noria” y comentó que “el móvil no es el auto porque es un vehículo común. Un robo al voleo sería otra cosa, pero justo fue al mío y en circunstancias complejas. Esto no fue al voleo. En Pehuajó no hay robos, esto fue otra cosa”.

Basándose en las filmaciones de las cámaras de seguridad, Zurro indicó que “se vio a una sola persona en el auto, que tuvo apoyo de otro vehículo. La llave estaba en un bolso, no fue forzado”, y finalizó detallando que en breve “vamos a publicar los videos para mostrar lo que pasó”.

Si bien lo único que se supo fue que el vehículo estaría en la zona del conurbano bonaerense, hasta el momento las autoridades policiales de Pehuajó no pudieron hallarlo, ni tampoco a quienes se lo llevaron.