Desde Rosario, Alberto Fernández se volvió a referir a la disputa de las clases presenciales y sostuvo las medidas implementadas en el último DNU.
Alberto Fernández encabezó una reunión del gabinete federal en Rosario y se refirió a las restricciones implementadas por el último Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la problemática que desarrolló luego de que el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta no acatara la nueva reglamentación.
El presidente declaró que la decisión de restringir la circulación y suspender las clases presenciales se debió a las recomendaciones que recibió de especialistas y a la observación del incremento de los contagios en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) “fue producto de haber visto que el crecimiento de 20-30 días de contagios en el AMBA de chicos hasta 19 años fue superior al 200%”.
Alberto Fernández afirmó que la circulación creció “entre un 25 y un 30%” cuando se reactivó el funcionamiento del sistema educativo, lo que equivale a un tercio más de personas en la calle y la posibilidad de que los contagios se multipliquen.
El presidente, también, se refirió sin mencionarlo, a Horacio Rodríguez Larreta y los últimos desencuentros que hubo desde que el Jefe de Gobierno porteño decidió seguir con las clases presenciales en contra de lo que ordenaba el DNU. “Miramos para atrás. Todo empezó en la Ciudad, se extendió a al AMBA y desde ahí se comenzó a irradiar al resto del país”, afirmó.
Hacia el final de su discurso, Alberto Fernández, se refirió a una declaración del ex presidente uruguayo “Pepe” Mujica cuando mencionó el grave problema de odio que se vive en la Argentina a causa de la grieta política. El primer mandatario argentino sentenció: “una parte de la Argentina está enferma de odio y el odio no ayuda a nada, nos contamina más, el odio nos frena nos frena, el odio nos lleva a festejar la derrota del otro”.