Las autoridades del Australian Open quieren evitar tener contratiempos cercanos al evento.

No reinició aún el circuito de tenis en el 2020 pero el Australian Open se mueve con anticipación y piensa en la edición del año próximo. El director de Tennis Australian, Craig Tiley, expresó la preocupación del Grand Slam oceánico en lo que concierne a la cantidad de público que podrá asistir a la sede de Melbourne Park y también en lo referente a los protocolos sanitarios, tanto de los aficionados como de los jugadores ATP y WTA.

Otro dato que alarma al Australian Open es la decisión de la aerolínea local Qantas, sponsor del torneo, de suspender los vuelos internacionales hasta octubre, por temor al rebrote del Covid-19 en ese país. Está claro que esta medida de Qantas puede extenderse y afectar así la realización del primer Major del año. La ciudad de Melbourne está en una segunda etapa de confinamiento, lo que obliga a Tiley y su equipo a trabajar con mucha antelación para resolver las distintas cuestiones con celeridad.

Según Tiley, es muy probable que las autoridades del Australian Open resuelvan reducir la cantidad de espectadores a la mitad, en especial en el estadio principal, el Rod Laver Arena. Otra posibilidad que se evalúa es la de permitir solamente la presencia de aficionados nacionales y neozelandeses en el predio. Con respecto a los jugadores, barajan armar una burbuja para aislarlos juntos a sus respectivos staff. El certamen está programado para arrancar el 18 de enero del 2021, pero los australianos son previsores y no quieren pasar apuros en el futuro.