Le ganó la final del Mundial de Clubes a Flamengo 1 a 0 con un gol de Firmino en la prórroga.
Era la final esperada. El campeón de la Champions contra el de la Libertadores. De las últimas doce ediciones, once habían sido para los equipos europeos. El poderío económico que permite tener a los mejores jugadores (muchos de ellos sudamericanos) se refleja en la estadística favorable al viejo continente. Antes, en tiempos de la Intercontinental, no era así. Había predominio sudamericano. Y estos mismos rivales se habían enfrentado en Tokio, en 1981, con victoria para Flamengo por 3 a 0. Aquellos eran dos equipazos repletos de jugadores legendarios. El ídolo máximo del Liverpool Kenny Dalglish, el arquero Clemence, Ray Kennedy, Graeme Souness y Terry McDermott entre otros por el lado de los ingleses. Zico, Leandro, Mozer, Marinho, Junior, Tita y Nunes eran algunas de las figuras de Flamengo. Los goles aquel día de gloria del equipo de Río de Janeiro fueron de Nunes, en dos oportunidades, y Adilio. Hoy, 38 años más tarde, el Liverpool se tomó revancha.
Fue un partido intenso, en el que se alternaron el dominio. Al principio el Liverpool se lo llevó por delante, pero de a poco el Flamengo fue equilibrando las acciones y comenzó a llevar cada vez más peligro al arco de Alisson, especialmente usando el lado izquierdo de su ataque, con un Bruno Henrique que se volvía un enigma indescifrable para la defensa “Red”. A los 3´del complemento, Liverpool tuvo la más clara cuando Henderson habilitó a Firmino que eludió a su marcador pero su tiro se estrelló en el palo. Después de eso bajó un poco el ritmo del encuentro, teniendo los ingleses un mayor número de ocasiones, aunque la más peligrosa fue para los brasileños cuando Gabigol exigió una muy buena atajada de Alisson.
En el último minuto del tiempo reglamentario todos los corazones se detuvieron cuando el árbitro español Juan Martínez cobró un penal para Liverpool por falta de Vitinho contra Mané en la puerta del área y amonestó al brasileño, aunque lo podía haber expulsado por último recurso. Sin embargo el VAR lo invitó a revisar la jugada y el referi se rectificó, anulando su fallo y dándole la pelota al arquero Alves para que reinicie el juego. Así se llegó al final del tiempo reglamentario y se pasó al alargue.
Con los dos equipos cansados, pareció que el Liverpool estaba más entero. Era uno de esos partidos en los que quien hace el gol gana. A los 10 minutos, una gran jugada de Saido Mané por la derecha aguantando la pelota y pasándola al centro del área grande por donde entraba Firmino, terminó en gol. El delantero, con gran categoría y frialdad enganchó para eludir a Alves y definió ante el cierre desesperado de los defensores. 1 a 0 lapidario y Liverpool, por fin, campeón del mundo. No solo había perdido en 1981 en el partido ya comentado sino en 1984 contra Independiente y en 2005 frente a San Pablo. La cuarta fue la vencida. El equipo de Klopp y Salah logró finalmente romper el maleficio histórico.