Le ganaba a Patronato 1 a 0 con gol de Reniero pero lo empató Díaz. El arquero del local fue gran figura.
Patronato es uno de los equipos que empezó esta Superliga comprometido con el descenso. Cada fecha tiene que hacer lo imposible para sumar y a la vez implorar que otros no sumen. Es así y lo saben. Mario Sciaqua armó un equipo duro, que pelea cada pelota porque sabe que puede ser la que lo haga respirar o la que lo hunda, al menos durante una semana. Patronato conoce sus limitaciones, y hace de ese conocimiento su fortaleza. Mucho más cuando se juega en Paraná.
Racing es uno de los equipos que empezó esta Superliga como candidato. Siendo el último campeón, no solo no se desarmó, sino que se reforzó con muy buenos jugadores que le dieron un salto de calidad. Además, la temprana eliminación en Copa Argentina le dejó al torneo local como única competencia hasta fin de año. Coudet, sin embargo, todavía no consiguió que éste equipo sea intenso como el que salió campeón. Lo logra por momentos, pero no mantiene esa intensidad como lo hacía el anterior.
Entre los dos rivales hay ocho puntos de diferencia. Y eso se notó durante el partido. Racing jugó bien. Superó a Patronato en todos los sectores de la cancha y lo atacó con intensidad y variantes. El Chacho metió hondo el bisturí y cambió medio equipo: Mena por Soto, Martínez por Díaz, Barbona por Montoya, Cvitanich por Cristaldo y, lo que llamó un poco la atención, Cvitanich por Lisandro López, el ídolo y estandarte de Racing. Como resultado obtuvo un equipo más dinámico, que en el primer tiempo generó muchas situaciones, aunque recién abrió el marcador a los 40´por intermedio de Reniero, el ex San Lorenzo por el que tanto insistió el Chacho.
El segundo tiempo empezó igual que había terminado el primero, con un Racing preponderante que no concretaba su superioridad. Gran responsable de ésto era Matías Ibañez, arquero de Patronato, que tuvo un par de intervenciones milagrosas. Por algo es el arquero que, según estadísticas de Superliga, más atajadas tiene en el torneo. Y cuando te perdés muchos goles en el arco rival, te terminan convirtiendo en el propio. En un centro de Patronato a los 26´, Arias salió mal, no llegó a tocar la pelota y uno de los centrales del local, Gabriel Díaz, desde el piso la mandó a la red. Un 1 a 1 que castigaba a la Academia. Pero el equipo de Coudet iba a tener dos oportunidades más, ambas en los pies de Licha López. La primera intentó eludir la salida de Ibañez y se le fue larga. La segunda, que se dió en el último minuto del partido, remató ante el arquero que, a puro reflejo, le pegó un manotazo a la pelota y evitó la caída de su arco. Increíble.
El empate no le sirve de mucho a ninguno de los dos. A Racing lo aleja de la punta y a Patronato no lo hace sumar lo suficiente como para respirar más tranquilo. Aunque teniendo en cuenta el desarrollo, fue Racing el que dejó escapar dos puntos y Patronato debería estar feliz al obtener uno. Seguramente seguirán prendiéndole velas a “San” Ibañez, que una vez más los salvó.