La uveítis es una forma de inflamación ocular. Afecta la capa media del tejido de la pared ocular (úvea).
Las señales de advertencia de la uveítis suelen aparecer de repente y empeorar con rapidez. Estos incluyen el enrojecimiento del ojo, dolor y visión borrosa. La afección puede ocurrir en uno o ambos ojos, y puede afectar a personas de todas las edades, incluso a niños.
Las posibles causas de la uveítis son:
una infección, lesión o enfermedad autoinmunitaria o inflamatoria. Muchas veces no se puede identificar la causa. La uveítis puede ser grave y provocar la pérdida permanente de la visión. El diagnóstico y el tratamiento tempranos son importantes para prevenir complicaciones y preservar la visión.
Síntomas
Causas
Factores de riesgo
Las personas con modificaciones en ciertos genes pueden tener más probabilidades de desarrollar uveítis. Fumar cigarrillos se ha asociado con una uveítis más difícil de controlar.
Complicaciones
Si no se trata, la uveítis puede causar complicaciones, entre ellas:
Hinchazón de la retina (edema macular) – Cicatrices en la retina – Glaucoma – Cataratas – Daño al nervio óptico – Desprendimiento de retina – Pérdida permanente de la visión
Diagnóstico
Tratamiento
Si la uveítis es causada por una afección subyacente, el tratamiento puede centrarse en esa enfermedad. En general, el tratamiento de la uveítis es el mismo, independientemente de la causa asociada, siempre y cuando no sea infecciosa. El objetivo del tratamiento es reducir la inflamación en el ojo, y en otras partes del cuerpo, si está presente. En algunos casos, el tratamiento puede ser necesario durante meses o años. Existen varias opciones de tratamiento.
Medicamentos – Intervención quirúrgica u otros procedimientos
Consulta médico
Comunícate con el médico si crees tener signos de advertencia de uveítis. El médico puede remitirte a un especialista en ojos (oftalmólogo). Busca atención médica inmediata si sientes mucho dolor en los ojos o tienes problemas de visión inesperados.