José María “Pechito” López dialogó con New Driver en un nuevo Instagram Live donde habló de todo. El gran anhelo de ganar las 24 horas de Le Mans, su vuelta al automovilismo argentino y hasta se dio el lujo de responderle una pregunta a su mamá en vivo.

José María López es uno de los grandes representantes que tiene Argentina en el deporte mundial. Está considerado por mucho como uno de los grandes pilotos que dio el automovilismo local. Más allá de su talento todo está avalado por los logros que consiguió. Fue tres veces campeón del Mundial de Turismo, estuvo muy cerca de la Fórmula Uno y piso fuerte cuando le tocó correr en nuestro país. Pechito dialogó con New Driver y contó varias vivencias dentro de su profesión. La nota completa la podés ver en la cuenta de Instagram @newdrivermag.

¿Cómo vivís esta cuarentena?

Fueron unos meses diferentes. En mis últimos 20 años, desde que me fui a Europa, nunca estuve tanto tiempo en Río Tercero. Me ayudó nuevamente a conectarme con mi familia. Soy muy familiero y me gusta mucho estar con ellos. Es algo lindo. Va a ser difícil en lo mental para los entrenamientos y motivarse día a día para poder subirse a la bici y hacer algunas cosas adentro. Más allá de eso, la pasé muy bien y ahora ya pensando en tratar, cuando se pueda, en volver a Europa.

¿Qué sabes del futuro de lo que puede pasar con la actividad del WEC para este año?

La idea del equipo es tratar de hacer alguna prueba en julio, siempre y cuando se permitan. Hay dos circuitos para intentar poder hacerla. Después, la categoría para finales de agosto está programado primer Spa y en septiembre las 24 horas de Le Mans. No se sabe si será con o sin público y después a finales de noviembre se va a definir la última fecha en Bahréin. Ahí se harían las tres fechas que faltan del campeonato de hoy en día. Ese es el plan, veremos si se cumple. Ojalá podamos volver rápido a estar arriba del auto, que se extraña bastante.

Muchos ya quieren que vuelvas al automovilismo argentino para poder disfrutarte, pero ¿Qué te plantes para el futuro de tu carrera deportiva?

Argentina siempre está en el horizonte como una posibilidad. Pasé momentos muy lindos en el automovilismo argentino. Fueron seis años, casi siete. Hoy por hoy el objetivo es tratar de ganar las 24 horas de Le Mans. Estuve muy cerca el año pasado y si, Dios quiere, voy a tener nuevamente la posibilidad este año. Mi cabeza está ahí. Después las cosas pueden cambiar, nunca se sabe. Parte de mi corazón está en Argentina y veremos qué pasa en el futuro. Yo no le digo que no a nada. Hoy digo que no pero en más adelante podría ser.

Entonces, más allá de lo que quiere la gente, a vos te gustaría regresar a Argentina…

Seguro. Es un lugar donde tengo a mis seres queridos. El automovilismo argentino y la gente siempre me trató muy bien. Si uno pienso en un retiro sería lindo poder terminar mi carrera en Argentina. Todo puede cambiar, pero lo único que espero es poder correr en autos por muchos años más.

Muchos conocen todo lo que lograste dentro del automovilismo, pero ¿cómo nace tu amor por lo autos?

Empecé muy de abajo corriendo en karting de tierra en el 93. Corrí tres carreras ese año. Arrancamos con Walter Bosano que me seguía y también con mi papá, cuando podía. Viajábamos en una Estanciera, que tenía un colchón atrás. A la noche dejábamos el karting atado con una cadena y tirábamos el colchón para dormir ahí. Era una linda época. Me acuerdo que de chiquito ya las cosas siempre me las tomé muy enserio y gracias a Dios las cosas me empezaron a salir muy bien. Después aprendí mucho pero fue una pasión que fue creciendo con el paso de los años.

¿Cómo llegó ese primer karting?

Fue una pasión que se fue contagiando con el paso del tiempo. Tengo parientes muy allegados al automovilismo. Vengo de dos familias que siempre les gustó. El karting me lo regaló mi papá para un día del niño. Todavía lo tengo y está en el museo.

¿Cuándo recordás esos primeros pasos y te parás a ver todo lo que conseguiste que pensás?

Es muy lindo poder mirar para atrás y ver lo que uno recorrió. No  solamente las victorias sino también todo lo que fue pasando. Gracias a mi viejo tengo un museo que es hermoso, donde se guardó casi todo. Tengo muchos autos ahí, hasta el Citröen campeón del mundo. Entrar ahí y ver lo que uno consiguió te traen muchos recuerdos. Fui bendecido te poder tener una carrera muy linda donde pude conseguir cosas muy lindas. Tuve la posibilidad de representar a mi país y hacer sonar el himno en un montón de lugares del mundo. Cuando uno está un poco bajoneado, estrás al museo y vez todo eso, la verdad que te levanta. En la carrera de Pechito hubo momentos difíciles también. Pero nos pudimos levantar y eso es algo que me caracteriza.

Si tuvieses que elegir tu mejor momento de tu carrera deportiva ¿cuál elegís?

Uno de los momentos fue cuando gané en Termas en el WTCC. Yo estaba hace mucho tiempo buscando la posibilidad de volver a Europa y ganamos con ese auto que no estaba para ganar. También el día que me llamó Citröen para decirme que me quedaba en el equipo de ellos. Fueron días lindos. Tengo muchos momentos que por épocas fueron lindos. Como por ejemplo cuando fui campeón europeo de karting que me permitió seguir en Europa y ser oficial en un equipo. También cuando fui campeón de la Fórmula Renault Italiana, que me permitió sumarme al grupo de Renault, cuando fui campeón de la World Series, cuando me subí por primera vez a un F1, mi primer campeonato del mundo, el día que supe que Toyota me había elegido entre más de 12 pilotos y las primeras 23 horas de la última edición de Le Mans fueron muy felices. La última hora no (Risas)

Y si pudieses sacar alguna página de tu carrera deportiva ¿cuál elegirías?

La verdad que ninguno. Cada uno de esos momentos me hizo fuerte y me puso los pies sobre la tierra para seguir creciendo. Fueron fundamentales. Algunos cuando era muy joven porque uno no entendía muchas cosas y también de grande. El más duro para mí fue cuando me enteré que Renault no me iba a tener en cuenta para estar en la F1 en el 2005-2006. Después de muchos años en Europa me volví con las manos vacías de allá. Me sentía muy frustrado por eso. Y otro momento duro fue cuando tuve la posibilidad de volverme a subir a un F1. El equipo quebró y nos quedamos afuera.

¿En algunos de esos momentos difíciles se te paso por la cabeza dejar el automovilismo?

Cuando me volvió de Europa no quería correr más. A fines de 2006. Estaba con muy pocas ganas, muy frustrado. Había tenido dos años muy difíciles en la GP2, donde había tenido mucha presión. Terminé cometiendo errores y a hacer cosas que me llevaron a terminar como terminé. Fue ese el momento que no sabía si valía la pena o no seguir. Sentía que me había decepcionado un poco el automovilismo, pero con el tiempo fue pasando. Después Victor Rosso me convenció que me tenía que subir a un auto de carrera de nuevo. Con Marcelo Ambrogio me armaron un auto de TC2000 y arranqué. Eso se lo agradezco a Argentina porque acá volví a tener ese hambre y ganás de volver a correr.

¿Cuánto te ayudó entonces Argentina en volver a creer en vos?

Muchísimo. No me considero una persona con mucho autoestima. Muchas veces dudo de mis capacidades. Soy así. Siempre me consideré un laburador. El automovilismo argentino me devolvió  el autoestima y la confianza en mí mismo. Las cosas empezaron a salir muy bien. Empezaron a llegar los campeonatos, el reconocimiento y eso me ayudó mucho a mí para darme cuenta que lo que había pasado en Europa no era toda responsabilidad mía. Fue muy importante ese período en Argentina porque cuando volvió a Europa estaba muy confiando y con mucha experiencia adentro de un auto de Turismo.

¿Sentís que con tu participación profesionalizaste aún más el automovilismo en argentina?

Yo siempre vi al automovilismo como un deporte. Yo siempre me dediqué mucho físicamente. Es una manera de devolverle al automovilismo lo que me dio a mí. Dedicándome y dando todo. Es mi forma. Yo nunca quise imponer nada. Llegué de Europa siendo así y seguí siendo así. Inclusive me perfeccioné en muchas cosas. Obviamente, que si llegaba, no entrenaba y ganaba todo el mundo hubiese copiado eso. Lo que pasa es que empecé a ganar campeonato y mi dedicación se tomó de ejemplo. Vi que eso tuvo un impacto muy grande en los chicos y eso es lo lindo. Y también es lindo escuchar que hubo un antes y un después de mi llegada a Argentina.

De todos los autos que manejaste, que son muchos ¿cuál fue el más exigente?

Los más exigentes fueron el Renault R23, que fue el último V12. Ese era un pura sangre, con mucha carga aerodinámica, con 21 mil vueltas. Físicamente era muy difícil. Y el LMP1 es, sin lugar a dudas, el más complicado porque se pasan muchas horas arriba del auto. Las velocidades y la fuerza G son próximas a un F1 y sumado a eso tenés que ir peleando con cosas que van pasando vuelta a vuelta.

¿Qué conclusión te dejó tu paso por la Fórmula E?

Tengo dos etapas. La primera fue el primer año que fue para mí muy bueno. Era un novato y estuve por delante de Bird ese año. Le gané 8 clasificaciones de 10. Tenía buenos puntos. Me jugó en contra que me coincidió una carrera y no pudo ir a correr a Nueva York. Perdí dos carreras ahí y el equipo se agarró de eso para después, junto a lo de DS que se estaba yendo, presionarme contractualmente para que yo no firme. Automáticamente me sentí decepcionado con la gente de DS, yo pensé que iban a apostar un poco más por mí. Evidentemente la decisión la tomaba más Teechetah y no ellos. Por eso me tocó irme de la categoría y después traté de entrar porque no quería que ese año sea perdido. Entonces, surgió la posibilidad de Dragon que sabía que era un equipo flojo pero que por ahí me daba la posibilidad de conseguir algún buen resultado y catapultarme a otro auto. Y no se me dio. Siempre pasó algo. Insistí dos año pero al final del día no se pudo dar. Me quedó la sensación que podría haber dado más. Decidí dar un paso al costa y hoy, viéndolo a lo lejos, puedo decir que fue una buena decisión porque me pude dedicar al WEC, que era mi prioridad.

Sos una persona muy temperamental ¿cuál fue el día que más te calentaste?

Un montón. Hubo uno que fue en el Chaco que yo venía adelante del Pato Silva y a Victor Rosso le estaba costando mucho manejarnos. Y Víctor no tuvo la mejor idea de decirme que lo deje pasar. Ni siquiera era para ganar la carrera. Ese día me amargué mucho, no me gustó porque no consideré que por un punto cambie algo. Y después también, porque no tuve derecho a réplica, fue cuando me fui y me sacaron el campeonato de Top Race. La veo todavía y considero que fue una maniobra limpia con Canapino, donde aprovecho el momento. Fue una injusticia. Eso me dejo mal un tiempo. Me ayudó a darme cuenta con la clase de personas que a veces uno corre o la clase de equipo o los mismos Comisarios Deportivos.

Si te damos a elegir entre ganar las 24 horas de Le Mans o ganar un título de TC ¿cuál elegís?

Ganar las 24 horas de Le Mans, no lo pienso un segundo. Esa carrera supera a cualquiera dentro del automovilismo, por algo la quiere ganar todo el mundo. Sin menospreciar al Turismo Carretera que también es importante.

¿Sería un antes y un después en tu carrera deportiva ganar las 24 horas de Le Mans?

Yo creo que sería un poco la frutilla de la torta de mi carrera deportiva. Si yo pudiera lograr eso, no te diría que cuelgo los guantes pero podría decir que estaría todos mis objetivos cumplidos dentro del automovilismo.

¿Cuánto te amargaste con esa última hora de la última edición de Le Mans?

Lloré arriba del auto, fue duro. Uno puede decir que es una carrera de autos pero hay muchas cosas por detrás. Las 24 horas de Le Mans se empiezan a vivir desde el momento que se termina la carrera anterior, el auto nace para esa carrera, se prueba muchas horas. Es una carrera que eligió a muy pocos para que la puedan ganar. Entonces, cuando uno está tan cerca de ese objetivo, después de todo lo que uno tuvo que pasar, duele. Sobre todo de la forma que se dio, donde habíamos hecho todos los méritos en todo el año. Fue una pena que no se haya dado. Fue un momento difícil.  

Cuando decidas colgar el casco ¿qué harías después?

Voy a seguir siempre ligado al automovilismo. Me gustaría trasladar un poco mí experiencia a las futuras generaciones de pilotos. Crear algo para prepararlos porque veo que hoy los chicos que se van llegan muy crudos. Me gustaría encarar por ese lado.

¿Volviste a ver esa final del Turismo Carretera donde se escapó el campeonato en 2009?

No, no la vi más. Si hay un replay lo borro. Ya fue. Fue un momento de mierda y la verdad que se dieron tantas cosas para que sea así que la verdad da bronca. Pero ya está, no se puede cambiar. Ojalá tenga la posibilidad de tener otra chance de pelear un título de TC. Me quedó esa materia pendiente.

¿Te sigue esperando Daniel Herrero (presidente de Toyota Argentina) para que te subas a un Toyota del Súper TC 2000?

Tenemos la suerte, mundialmente hablando, que todos los encargados de cada país de Toyota son realmente fanáticos. Empezando por Akio Toyoda que es el máximo jefe de la marca.  Es súper fanático de los autos. Y cuando uno se traslada a Argentina tenemos a Daniel, un fanático del automovilismo. Nos apoya muchísimo y nunca deja de estar ese mensaje para darme su apoyo en todo. La intención está y estuvo para correr en el Súper TC2000. No nos pudimos poner de acuerdo por un montón de cosas. Es difícil poder acomodar los calendarios para poder correr y si lo hacemos me gustaría hacer todas las carreras. No me gustaría no poder pelear un campeonato y ganar algunas carreras. No va a faltar oportunidad, las puertas siempre están abiertas. Por ahora, seguirán siendo carreras especiales.

Mientras hablábamos, tu mamá te hizo una pregunta: ¿Si tuvieras un hijo varón lo harías correr en autos?

No lo obligaría. Pero si me pregunta, que me lo va a preguntar porque va a entrar al museo y va a ver todos esos autos, seguro que va a querer correr. Si tuviera un hijo y le gustara lo apoyaría a muerte y le trasladaría toda mi experiencia.

Más allá que un poco lo dijiste a lo largo de la charla ¿Qué sueños te quedan por cumplir?

Ganar las 24 horas de Le Mans es mi anhelo máximo hoy en día. También poder correr y seguir siendo competitivo por lo menos por muchos años más. Seguir disfrutando de este deporte y seguir representando al país. Siempre es muy lindo cuando uno está lejos escuchar el himno, el cariño de la gente. Tratar de dar lo mejor siempre.