Por Copa Argentina eliminó a Gimnasia y Esgrima de Mendoza luego de empatar 1 a 1 en el tiempo regular y avanzó a octavos.

River logró su objetivo. Ya está en octavos de final de la Copa Argentina dejando en el camino a Gimnasia y Esgrima de Mendoza, equipo que milita en la B Nacional. Aunque su actuación fue tan deslucida que cerca estuvo de quedar eliminado.

Siempre son peligrosos los partidos de inicio de temporada. Los jugadores no están en su mejor versión, que suele aparecer con el correr de los partidos. Además, la Copa Argentina tiene la particular atracción de que, al enfrentar equipos de diferente categoría, muchas veces el que en apariencia es inferior, termina dando una sorpresa mayúscula.

Así River se enfrentó con el conjunto mendocino en el Estadio Unico de Villa Mercedes San Luis con toda la carga de la evidente diferencia de plantel, pero con la seguridad de que debía tomar el protagonismo. Y tuvo la iniciativa, el dominio del territorio y la posesión de la pelota, pero le faltaron las ideas. La voluntad de Gimnasia y la tenacidad que puso al defenderse alcanzaban para conjurar cada intento millonario. Y cuando se animó, el Lobo mendocino generó las situaciones más claras.

Solo habían pasado 4 minutos, cuando Lux le tapaba un mano a mano a Carrizo. Y a los 19 otro más. River también tuvo alguna, pero el defensor Aguirre la sacó sobre la línea. Cuando antes de los 15 se retiró Ponzio lesionado, los hinchas comenzaron a sentir un ambiente de “noche negra” para el Campeón de América.

Qué decir cuando a los 10´del segundo tiempo Angileri comete una infracción dentro del área y Merlos cobra penal. Ahí aparece Lux, que con los pies y luego la ayuda del travesaño le contiene el remate a Morales. Que el arquero de River fuera la figura del partido, era algo impensado antes de comenzar. Pero en el minuto 66, aún sin claridad, al millonario se le dió. El juvenil Rollheiser, recientemente ingresado, tomó un rebote en el área grande y su remate fue desviado por Palacios en la posición de centrodelantero, venciendo al arquero y abriendo el marcador.

Parecía que todo se encarrilaba, pero esto es Copa Argentina, dondela la lógica no existe. Cuatro minutos duró la ventaja. Pinola perdió la marca de Renzo Vera en un tiro de esquina y el ex Patronato igualó el partido con un cabezazo ante una floja respuesta de Lux. Una de cal y otra de arena para el arquero.

Hubo que ir entonces a los penales. Un premio al esfuerzo de Gimnasia de Mendoza y un castigo para la falta de fútbol de River. Sin embargo, en esta situación límite, donde suelen aparecer todos los fantasmas, los ejecutantes del campeón de América mostraron su jerarquía y tranquilidad. Con notable seguridad convirtieron sus cinco tiros desde los 12 pasos, mientras que en el Lobo Andrada estrelló su remate en el travesaño.

River celebró el pasar de fase. En octavos de final lo espera Godoy Cruz, un rival de otra jerarquía pero que lo va a encontrar con más rodaje. Y el martes recibe por la Libertadores a Cruzeiro. Ahí sí, como parece ser una costumbre, aparecerá el River aplomado y solvente al que nos tiene acostumbrados Gallardo. Y este partido pasará al olvido para los hinchas millonarios.