Varios equipos de la Superliga Argentina terminaron el año sin técnico o con interino.
Hace algunos años atrás, en tiempos de Grondona como presidente de AFA y torneos cortos denominados Apertura y Clausura o más tarde Inicial y Final, muchos pedían el regreso de los torneos largos, de un año de duración, y uno de los argumentos que daban era que, al tener más partidos, más puntos en juego y más tiempo, se reduciría la histeria de los hinchas y los técnicos durarían más en sus puestos pudiendo concretar sus proyectos de trabajo. Con la Superliga volvieron los torneos largos, previo experimento de la AFA con torneos de 30 equipos y el argumento se derrumbó como un castillo de naipes. Los técnicos siguieron atados a los resultados y perder tres o cuatro partidos significaba prácticamente perder el trabajo.
La Superliga 2019-2020 que se está desarrollando y que acaba de entrar en su receso de verano, tiene la particularidad que muchos clubes han despedido a sus técnicos o aceptado sus renuncias, y todavía no han encontrado reemplazante permanente. En Boca Juniors, por ejemplo, Gustavo Alfaro finalizó su contrato y las nuevas autoridades tras la elección decidieron no renovarle y salir a buscar un nuevo entrenador. El nombre que suena más fuerte para hacerse cargo es Miguel Russo, pero lo concreto es que, al día de hoy, el xeneize no tiene quien conduzca técnicamente al equipo. Racing acaba de ganar el Trofeo de Campeones frente a Tigre en lo que fue el último partido de Coudet como técnico. Los dirigentes de la Academia saben desde septiembre que el Chacho dirigía hasta fin de año y se iba a Brasil, al Internacional de Porto Alegre. Sin embargo recién ahora parecen haberse decidido por Beccacece, que hasta hace un mes atrás dirigía a su eterno rival Independiente. Justamente el Rojo, una vez que renunció el ex técnico de Defensa y Justicia, dejó como técnico interino al coordinador de divisiones inferiores Fernando Berón. Como los primeros resultados fueron alentadores, los dirigentes pensaron en darle continuidad. Además, le venía bastante bien a las alicaídas finanzas del club. Pero bastó que en las tres últimas fechas, Berón consiguiera solo un punto de nueve, para que la conducción diera un golpe de timón y saliera a buscar DT. Al parecer ya se habrían reunido con Hernán Crespo. Una experiencia similar fue la de San Lorenzo, pero ahí los resultados acompañaron a Diego Monarriz, reemplazante de Pizzi, y al parecer seguiría dirigiendo.
Salvo River, todos los grandes se encuentran buscando técnico o sosteniendo un interinato. Pero el resto de los equipos de la Superliga también tiene sus problemas de entrenadores. Huracán se quedó sin Vojvoda y recurrió a un nuevo interinato de Néstor Apuzzo. El coordinador de inferiores metió mano en el equipo y lo volvió sólido. Todo viento en popa hasta el clásico con San Lorenzo, que lo ganó de buena forma. Pero a partir de ahí, no hace más que perder partidos, lo que pone en duda su continuidad. Colón de Santa Fe despidió a Lavallén luego de una histórica Sudamericana en la que llegó a la final pero un pobre desempeño en la Superliga, donde su bajo promedio lo pone en peligro de descenso, y todavía no le encontró sucesor. Patronato despidió a Mario Sciaqua y jugó varios partidos bajo el interinato de De León. Pero los malos resultados lo obligaron a salir a buscar técnico con urgencia y contrató a Gustavo Álvarez que había dejado Aldosivi. El debut, en la última fecha contra Vélez, fue también con derrota. Otro que estuvo siendo dirigido por un interino es Godoy Cruz, último en la tabla de posiciones con 9 puntos. Daniel Oldrá se hizo cargo del equipo pero la dirigencia ya contrató nuevo DT: nada menos que Mario Sciaqua. En Mar de Plata, había que reemplazar a Álvarez y buscaron a un técnico sin mucha experiencia en el país como Guillermo Hoyos, que cuando parecía que peligraba, metió una buena victoria en Santa Fé contra Colón y ganó oxígeno.
Gallardo, Dabove, Heinze, Falcioni, Rondina, Cocca y algún otro son las excepciones que confirman la regla.
Maradona estuvo a un paso de irse de Gimnasia, Gabriel Milito se salvó con la última exhalación en Estudiantes, la gente pidió la cabeza de Sosso en Defensa y Justicia, la dirigencia lo aguantó, y el técnico pudo enderezar el barco y sacar buenos resultados. También hubo impaciencia con Kudelka en Newell´s y Medina en Talleres, pero vienen sorteando las tormentas y se mantienen en sus puestos. Todo esto con 16 fechas jugadas, lo que prueba que la estabilidad no depende de la duración o no del torneo, sino de la firmeza y el criterio con el que los dirigentes manejan sus clubes. Eso sí, siempre que los resultados acompañen.