Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente y candidato opositor, también prometió que volverá “mejor” y admitió la corrupción en su gobierno anterior 

Se acercan las elecciones presidenciales en Brasil y Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente y candidato opositor, prometió anoche que busca volver “mejor” al gobierno, admitió que hubo corrupción en la estatal Petrobras, defendió a la expresidenta Dilma Rousseff y calificó al mandatario Jair Bolsonaro como un “bobo de la corte” que le ha dejado al Congreso la misión de gobernar y no puede controlar el presupuesto del país.

En una entrevista para el Jornal Nacional, de TV Globo, el noticiero más visto del país que marcó 31,2 puntos de rating, Lula se presentó por primera vez en un medio del grupo mediático que apoyó editorialmente a la operación Lava Jato, por la que fue encarcelado 580 días y lo proscribió de las elecciones de 2018.

En plena campaña electoral, Lula da Silva calificó de “bobo de la corte” a Bolsonaro 
Jair Bolsonaro y Lula da Silva

Fui masacrado (en la TV Globo) por cinco años consecutivos“, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT), que acusó a la Operación Lava Jato de haber “arrojado al lodo” el prestigio y la independencia del Ministerio Púbico Fiscal.

Lava Jato llegó del Poder Judicial a la política con el objetivo de detener a Lula“, dijo, mientras en varias ciudades se realizaban cacerolazos de los bolsonaristas y actos a favor del líder del PT.

Lula también señaló que no quiere nombrar a un fiscal general que le responda personalmente ni tampoco a los jefes de la Policía Federal. Si gana el gobierno en octubre, “si hay denuncia de corrupción que se investigue”, subrayó.

En plena campaña electoral, Lula da Silva calificó de “bobo de la corte” a Bolsonaro 

Quiero volver para ser mejor de lo que fueron mis ocho años de gobierno. Quiero volver porque quiero hacer las cosas que debería haber hecho pero no sabía que era posible hacer“, aseguró Lula, que elogió la trayectoria como gobernador de San Pablo, el mayor estado del país, de Geraldo Ackmin, su adversario de entonces y su actual compañero de fórmula, un conservador del Partido Socialista Brasileño.

Le prometió a la población que volverá a “ser feliz, con una mejor calidad de vida” y dijo que se propuso “pacificar el país contra el odio diseminado” por la ultraderecha, aunque defendió como “natural en todos los países la polarización ideológica y programática entre dos proyectos de país”.

Lula fue cuestionado sobre la corrupción en su gobierno y en los contratos de la estatal Petrobras y admitió: “Uno no puede decir que no hubo corrupción si hubo gente que confesó, pero la delación premiada hizo que muchos que admitieron que robaran se hicieron más ricos”.

En plena campaña electoral, Lula da Silva calificó de “bobo de la corte” a Bolsonaro 

Calificó a Bolsonaro como un “bobo de la corte” -una expresión habitual en Brasil para señalar que el poder pasa por otro lado- que ha dejado de gobernar y que quien realiza las acciones es el presidente de Diputados, Arthur Lira, del bloque conocido como Central, que ha ejecutado una política de distribución de partida secretas para los diputados sin pasar por el Poder Ejecutivo, en un escándalo llamado “presupuesto secreto”.

El expresidente defendió la producción agrícola del Movimiento Sin Tierra, el grupo de campesinos que lo respalda y que es criminalizado por Bolsonaro.

Por otra parte, Lula dijo que hay diferencias “entre el agronegocio que es serio y cumple normas ambientales para exportar a China y a la Unión Europea” y los bolsonaristas que no respetan el medio ambiente y buscan explotar ilegalmente la selva amazónica.

El candidato de la coalición que lidera el PT también reivindicó la figura de Rousseff, su sucesora derrocada en un juicio político que fue respaldado editorialmente por el multimedios Globo. También elogió haber batido el récord de ocupación en el país en el 2014, pero admitió “errores” como haber intervenido en el precio de los combustibles artificialmente y haberle dado beneficios fiscales a largo plazo a la industria en momentos en que caían los precios de las materias primas exportadas.

Si ganamos las elecciones habrá una marea de amigos de Brasil que están desaparecidos y que van a volver a visitar Brasil porque será amigo de todo el mundo. Brasil no tiene conflictos internacionales”, subrayó Lula, que prometió reforzar las instituciones y favorecer el diálogo con sus adversarios en el Congreso Nacional.