Se trata del sobrino del astro, Christian Pomargo, y de su exsecretario, Jonathan Espósito. Afirmaron que vieron a Diego “hinchado” y deprimido días antes de su muerte

La causa por la muerte de Diego Armando Maradona sigue firme y avanza día a día, con nuevas declaraciones como las que hizo esta semana, y por primera vez, el abogado Matías Morla. Ahora, tanto el sobrino del astro como su exsecretario personal apuntaron contra los médicos y enfermeros imputados en el expediente al afirmar que en los últimos días notaron “hinchado” y deprimida a la víctima pero que nadie hizo nada al respecto.

Ayer fue el turno de ampliar sus declaraciones testimoniales para Christian Pomargo (42), exmano derecha de quien fuera entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata y además cuñado de Morla, y para Jonathan Espósito (37), quienes convivían con el exfutbolista en la casa de Tigre donde falleció el pasado 25 de noviembre

En la Fiscalía General de San Isidro las principales preguntas de los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra se centraron en torno a cómo había sido el estado de salud de Maradona los últimos meses y días.

Espósito, quien aseguró que su función en la residencia era la de quedarse con Diego “a dormir, como cualquier familiar”, relató que “los días previos (al deceso) se lo veía bajo de ánimo, se encontraba mal de aspecto. Los últimos dos días no salió de la habitación y no vino nadie” y en cuanto a cambios físicos detalló que “estaba más hinchado” y que lo comentó “con el enfermero”, en referencia a Ricardo Almirón, uno de los imputados.

Causa Maradona: dos testigos apuntaron contra los médicos y los enfermeros
Jonathan Espósito, sobrino de Maradona y uno de los testigos de la causa

“Sé que lo hablaron con el doctor (Leopoldo) Luque. No sé si alguien hizo algo al respecto”, agregó al mencionar al médico de cabecera de su tío y uno de los principales imputados en la causa.

“Para mí se dejó estar, él no quería que se haga más nada”, señaló Espósito, hijo de María Rosa Maradona, una de las hermanas de Diego, y dijo que el día previo a la muerte el exdeportista “no quiso comer, no ingirió alimentos”.

En su turno, Pomargo narró que en pandemia “Diego empezó con un consumo más excesivo de alcohol, estaba alejado de Rocío (Oliva) y le estaba costando un poco eso” y que a partir de ello y luego de una de sus hermanas lo convenciera, comenzó a trabajar con la psiquiatra Agustina Cosachov, una de las imputadas.

Recordó que el día de su último cumpleaños, el 30 de octubre pasado, “Diego estaba bastante triste porque quería juntar a todos sus hijos, lo había intentado en una comida pero no salió como lo esperaba”.

Esa misma jornada Maradona fue a la cancha de Gimnasia, club que dirigía, para hablar con Marcelo Tinelli, quien le entregó una plaqueta por su cumpleaños 60, 

“Diego había hablado con Tinelli, a quien le mandó un mensaje que le dice que vio a Rocío en ‘Polémica en el bar”, si podía hacer algo para que la echen, pero no por maldad sino para que vuelva a él. Él estaba obsesionado con Rocío, siempre. Ese fue el detonante”, dijo Pomargo.

Sobre la operación del hematoma subdural a la que fue sometido en la Clínica Olivos, rememoró que “Diego le quiso pegar a los médicos cuando le querían hacer una tomografía” y que Luque y uno de los galenos “casi se agarran a trompadas en la puerta de la habitación”.

Consultado por la casa alquilada en el barrio San Andrés de Tigre para la internación domiciliaria y donde falleció el “10”, explicó que en una reunión con la familia y los doctores se acordó que era “para pasar la abstinencia” al alcohol, y que “la elección fue de Diego, Gianinna y Jana”, aunque aclaró que la idea era que fuera por un corto plazo, ya que en diciembre él esperaba poder conseguir una casa en mejores condiciones en “Castores”, uno de los barrios privados de Nordelta.

Causa Maradona: dos testigos apuntaron contra los médicos y los enfermeros
El funeral de Diego Armando Maradona fue multitudinario

Además, dijo que en alguna oportunidad se “enojó” con Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz -también imputado-, porque les decía que fueran a verlo “para reactivarlo” cuando Diego se tiraba en la cama. En esos días, según contó, Maradona decía: “No quiero ver a nadie porque me quieren internar otra vez. Si se van los médicos, me levanto”.

Pomargo reconoció que esos últimos días lo vio a Maradona “hinchado”, uno de los signos del edema y los problemas cardíacos que le causaron la muerte.

Al respecto, dijo que le preguntó a otra de las imputadas, la enfermera Dahiana Gisela Madrid, si era por la medicación, y si ella podía consultar, pero que les decían que “era porque estaba mucho acostado”.

También aseguró que fue decisión del propio Maradona haber echado a acompañantes terapéuticos y médicos de la prepaga que lo visitaron en la casa de Tigre por distintos altercados que tuvo con ellos y que en ambos casos fue porque le hablaban de fútbol.

Sobre la ingesta de alcohol en la etapa previa en la que el astro vivía en Brandsen, ambos coincidieron en que era el propio Diego el que mandaba a comprar o recibía como obsequios vino o botellas de cerveza de la marca Corona.

“La ingesta de alcohol se daba cuando Diego Maradona quería”, dijo Espósito sobre el punto, aunque aclaró que en la casa de Tigre “no tomó, cien por ciento que no”.

Y sobre el consumo de marihuana en Brandsen, Pomargo aclaró: “Eran los dichos de todos pero no me consta porque nunca lo vi”.