Emiliano Spataro dialogó con New Driver en un nuevo Instagram Live y habló de varios temas. Entre ellos su “casi” retiro, su deseo de correr con Ford, su peor palo y cómo ve el futuro eléctrico en el automovilismo. Conceptos para todos los gustos.

Entrevista de Ariel Berra.

Si algo caracteriza a Emiliano Spataro es su transparencia para expresarse sin callarse nada y diciendo lo que piensa. El piloto del Turismo Carretera fue invitado por New Driver para realizar una entrevista por Instagram Live y allí se habló de muchos temas. Desde sus inicios hasta sus objetivos para el futuro pasando por cómo nace su amor por los autos, la posibilidad de correr con Ford en el 2021, sus calenturas y la posibilidad de ver un automovilismo eléctrico dentro de algunos años.

– ¿Cómo llevas la cuarentena?

Al principio estaba preocupado por la situación rara de ver al mundo parado. Pero ahora estoy haciendo cosas. Tengo el taller, el gimnasio, el simulador y las tareas caseras que me hacen hacer.

– ¿Cómo ves el futuro del automovilismo argentino con esta situación?

No podemos separar al automovilismo con lo que pasa en el mundo. Me parece que si seguimos con esta cantidad de contagio se va a poder empezar a reactivar todo y lo mismo va a pasar con el automovilismo. Hay mucha gente que vive del automovilismo atrás de cada auto de carrera y es necesario que arranquemos. También está la problemática que si mañana nos dicen que vayamos a correr no veo mucha cantidad de pilotos que puedan reunir el presupuesto. Las empresas están cerradas, de pedo les están pagando a sus empleados e ir a pedirles que publiciten tu auto de carrera es medio utópico. No lo veo probable. Hay que esperar a que primer empiece a andar el país.

– Más allá de las ganas y el deseo, ¿Se puede hacer una carrera con las probabilidades de un contagio?

Lo que tiene el automovilismo es que los pilotos no tenemos un contacto cuerpo a cuerpo. Si vos haces un protocolo en el que te asegures que todos los que entran al autódromo se hicieron el test del coronavirus y no salen de ahí se puede hacer una carrera. Me parece que se puede hacer una carrera con medidas de precaución. Vuelve la F1, evidentemente se puede hacer de alguna manera.

– Para vos ¿Cuándo podrían volver las carreras?

Yo veo que los casos de contagio estarían controlados y si se mantiene esta situación yo creo que en un mes o un mes y medio podríamos estar corriendo. Lógicamente sin público.

Dejando de lado un poco lo coyuntural, ¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de un auto en tu vida?

El primer recuerdo que tengo de un auto es un  Volkswagen Gasel color marrón. Fue el primer autos que me regaló mi viejo, yo tenía 13 o 14 años y era un capo en el barrio. Imaginate, era Gardel. Era un auto fiero pero eras crack con eso. No me podía mover mucho pero con mis amigos escuchábamos la radio en el auto.

– Si tu papá te regalo un auto a esa edad era porque ya tenía un experiencia previa…   

Empecé a manejar a los 8 años más o menos. Yo era muy rompe huevos con el manejo. Siempre fui un hijo ejemplar pero me jodía mucho con manejar. Me gusta mucho. Yo para mi cumpleaños no le pedía a mi viejo una bicicleta, le pedía que me deje manejar.

¿Tu idea fue siempre ser piloto del automovilismo?

Nunca pensé que me iba a gustar correr. Yo quería acompañar a mi tío en el Rally, yo era muy fanático de él. Nunca me vi manejando rápido. Yo quería manejar pero no rápido. Mi viejo no me dejaba manejar rápido. En el barrio me conocían todos y cuando me mandaba una cagada le avisaban. Después ya a los 12 o 13 empecé con las ganas de querer correr. Pero al principio me daba miedo andar rápido en el auto.

– Entonces ¿Cómo empezó tu carrera dentro del automovilismo?

Abajo de mi casa estaba el taller del Cabeza Carnavalino y tenía autos de Rally. Yo estaba mucho ahí y el Cabeza me hacía mucho la psicológica. Tanto me lo metió en la cabeza que dije –Tengo que correr-. Yo manejaba bien, veía que podía desarrollarme en eso. Mucho mejor que en la escuela. Me quería empujar para ese lado porque era duro de cabeza y con las manos me manejaba bien.  Y ahí empecé.

– Tuviste unos arranques completamente distintos a los de un chico que apunta a llegar a correr hoy en día:

Hoy los chicos tienen más definido lo que van a hacer. Yo empecé a correr porque me gustaba pero sin pensar que podía ser profesional. Yo iba a correr para divertirme, era un grupo de amigos. Pocos teníamos claro que queríamos ser profesionales. Hoy por suerte el automovilismo en argentina hace que te puedas convertir en profesional más rápido.

– ¿Preferís cómo se te dio a vos tu carrera deportivo, o te hubiera gustado que de cómo a los chicos en la actualidad?

Seguramente si yo hubiera arrancado con las ideas más claras como los chicos de hoy me hubiese ahorrado muchas cagadas. El automovilismo te da muchos más años que otros deportes, pero cuanto antes llegues a ser profesional más tiempo podes aprovechar tu carrera deportiva. Yo me convertí en profesional 10 años después de que empecé a correr y fue por una casualidad. Un equipo me contrató y ahí me cayó la ficha que iba a vivir de esto. Yo estoy conforme con mi carrera y con todo lo que aprendí. A medida que cambié los objetivos fue aprendiendo cosas. Lo que me dio el post grados fue el tener el equipo del Dakar. A mi me puede llamar un equipo para trabajar en el Dakar e iría por la pasión que tengo por los autos de carreras. Me encanta, es lo que más me gusta hacer. Tengo la suerte, además, de vivir de eso.

– Está claro que el día de mañana vas a seguir vinculado al automovilismo…

Va a ser difícil que me aleje el día de mañana del ambiente. Yo voy al autódromo y lo disfruto. Me gusta todo, no sólo manejar el auto de carreras. Igual no me veo cerca del retiro.

– ¿Con qué rival sufrís más el perder un mano a mano?

Hay muy buenos rivales. Lo que te enseña el automovilismo es a que uno gana y todos los demás pierden. Vas a jugar un partido y 11 ganan y otros 11 pierden. Tenés más chances de ganar. Acá tenés muchas menos chances. Hay pilotos muy buenos. El Pato Silva es un crack. Al Gurí, a Ledesma y a Ortelli los admiro realmente.

– Esta es una pregunta del público: ¿A qué piloto te gustaría darle un “autazo”?

No puedo dar nombres sino me van a levantar de todos lados, pero hay tipos con los que no me llevo bien y les metería un autazo. La ventaja de correr en autos es que uno pesa y mide lo mismo que los demás. Yo por mí estatura por más que le quiera romper la boca a uno no puedo porque me cagarían a trompadas. En cambio en el auto yo peso y mido lo mismo que los demás. Entonces, te podes agarrar con cualquiera.

– O sea, que más de una vez se te pasó por la cabeza…

Lo pensé más de una vez sobre todo con aquellos que abajo del auto se hacen los guapos porque peso 60 kilos pero arriba peso 1250 igual que vos. Ahí es donde yo me siento guapo de verdad porque tengo las mismas herramientas que los demás y si me tengo que dar ruedazo con cualquiera me doy ruedazo con cualquiera.

– ¿Cuál fue tu máxima calentura dentro del automovilismo?

Me calenté muchas veces mucho. Una de las calenturas grandes fue la del año pasado con la revoleada del casco. Las calenturas se pagan caro porque en el momento se ve por qué explotaste. No le busco una explicación, pero yo la tengo y es lógica. Era peor apuntarle el casco a donde debería haber ido.

– ¿Crees que se portaron mal con vos en el equipo Renault?

La realidad es que se quedaron con todo lo mío. Yo arme el equipo, conseguí el presupuesto, elegí la estructura, los ingenieros y hasta el compañero que quería. Pero qué voy a hacer, que se lo pierdan en el orto. Voy a amar otro equipo y voy a hacer lo mejor con lo que tenga. La realidad es que en este deporte donde está la televisión hay mucho ego y hay gente que hacer cosas por otros intereses. La realidad que no es la primera ni la última vez que va a pasar. Hay que bancársela, no queda otra.

– ¿Ya perdonaste a Marcos Di Palma por haberte complicado el campeonato del Top Race en 2005?

Marcos es un pelotudo, que voy a hacer. La verdad es que no lo hizo a propósito. Yo en el momento pensé que sí y lo quería matar. A él le gusta meterse en quilombos, es un boludo. Me tocó a mí, no lo hizo en contra mío. Él había dicho previamente que me iba a complicar porque yo le había cagado un campeonato de TC dos años antes y esas cosas me dieron vueltas en la cabeza y lo quería matar. Así es Marcos.

– ¿Lloraste alguna vez por esta profesión?

Nunca lloré. Creo que desde los 15 años nunca más lloré por nada. El automovilismo muchas veces me da bronca e impotencia pero no tengo ese sentimiento de llorar. Pero en el automovilismo me puse triste por muchos momentos malos. Más que nada en el TC que siempre me costó mucho. Me puse triste por las frustraciones que me tría el Turismo Carretera. Después lo revertí. Pero estaba frustrado y me sentía mal. Quería dejar todo.

– ¿Y tu día más feliz en el automovilismo cuál fue?

Difícil. Puede ser el primer campeonato del Top Race. También la carrera que gané en el 2005 con Polze arriba del Bora. Esa carrera me cambió la cabeza. Venía de dos o tres años sin correr, no teníamos ni en presupuesto para terminar el año y ganamos en Buenos Aires con el equipo particular. Esa fue la alegría más grande que tuve.

– ¿Tu peor palo?

Fue el auto que le rompí a mi tío, un Renault 18. Ni siquiera llegué a largar la carrera. Llegamos a Caschomús y al otro día bien temprano me dice mi tío –Pegale una vuelta para así conoces el auto. Arracamos con mi primo de copiloto. Él me venía cantando la ruta y en un curvó que era casi a fondo llegué en quinta y le pregunté si me mandaba así. Me respondió que sí y entré en quinta. Había rocío en el pasto, se deslizó el auto y pegué contra un puente de cemento. Yo veía que iba a pegar en la puerta de mi primo y lo mataba. Por suerte pego medio metro atrás. Fue un palazo y mi primo había tenido hace poco a mi ahijada. En 3 segundos se me pasó todo por la cabeza.

– Te vimos durante la cuarentena rodeado de muchas cosas que tienen que ver con el mundo motor…

 Me gusta todo lo que tiene motor. Mi mujer prende la licuadora y voy atrás para escuchar el ruido. Me gusta todo lo que tiene motor. Me gustan las motos, los autos, las lanchas. Todo lo que sea deporte motor me gusta todo.

– ¿La tecnología eléctrica que se viene en el mundo automotriz te gusta?

No me gusta la tecnología eléctrica. Acá falta mucho para que llegue por suerte porque todo llega mucho más tarde. Cuando llegue la tecnología eléctrica se va a morir el automovilismo en Argentina. Va a ser algo muy reducido para aquellos que les guste ver esas carreras que parecen autos del Ital Park. Va a llegar la tecnología eléctrica de acá a 20 años y yo, por suerte, ya voy a estar al borde de mi retiro.

– Pero el Turismo Carretera se fue actualizándose sin perder su esencia…

¿Vos te imaginás el Turismo Carretera eléctrico? Mirá lo que me imaginé. Me muero. No es compatible con los argentinos. Tenemos costumbres muy arraigadas y no las vamos a poder cambiar.

– Ya que volvimos al TC, ¿Te gustaría correr con Ford?

Me muero de ganas de correr con Ford. Quiero ganar con las cuatro marcas en el TC. Ojalá el año que viene pueda correr con Ford. Tengo que resolver la parte comercial y voy a hacerle el pedido a la ACTC. No soy hincha de ninguna marca, la que me haga ganar se mete en mi corazón.

– Volviendo a la vida urbana, ¿Tenés algún auto que te gusta mucho?

Tengo un auto que me gusta mucho que es el Lamborghini Aventador. Me encanta, es el que más me gusta de todos, pero estoy lejos de poder comprármelo.  Jaja.

– Tengo una mala noticia para darte, los próximos deportivos van a venir con tecnología eléctrica…

Que los compren los locos, quién va a comprar un deportivo con motor eléctrico.

– Si te llaman de Lamborghini y te avisan que te regalan un deportivo eléctrico, ¿Qué le decís?

Estaba pensando en dos respuestas. La primera, métetelo en el culo y la otra –Mandámelo que lo pruebo, si no me gusta te lo devuelvo-.

– Por último, ¿Qué objetivos todavía te quedan por cumplir en el automovilismo y en tu vida personal?

Me gustaría ser campeón del TC. Y de mi vida personal siempre te quedan cosas por hacer. Me gustan mucho los desafíos pero no tengo ahora nada en mente. Por ahí me pasa algo como el Dakar y le meto a fondo. Me gustan las cosas nuevas y experimentar vivencias nuevas. No quiero hacer siempre lo mismo. Hoy no tengo nada en mente pero cuando aparezca algo raro lo voy a intentar hacer.